La defensora del lector de 'El País' dice que Vigalondo superó "el límite tolerable"

Tras recibir cartas a favor y en contra de Nacho Vigalondo, la defensora del lector de El País, Milagros Pérez Oliva, explica en su tribuna dominical las razones para la expulsión del realizador del periódico: "Bromas como las expresadas por Vigalondo están más allá del límite tolerable", escribe. El director escribió en su Twitter en términos paródicos "¡El Holocausto fue un montaje!".

Pérez Oliva recoge también en su artículo la opinión del director del diario, Javier Moreno: "Hay límites que no se pueden traspasar, y en este caso, los chistes superaron claramente la línea roja. No tienen defensa posible. [….] En el humor, habrá cuestiones en las que se pueda discutir dónde está el límite, pero con las expresiones utilizadas en esta ocasión sobre el Holocausto, una tragedia que costó la vida a millones de personas, no se pueden mantener ambigüedades".

Además, Moreno asegura que "hay una línea moral que El País y sus lectores tienen muy clara y que se ha traspasado. Con el cese de la campaña [de publicidad del diario que protagonizaba el propio Vigalondo] hemos querido disolver cualquier duda que pudiera haber al respecto y ofrecer disculpas a quienes se hubieran sentido ofendidos".

La defensora del lector advierte sobre "la gran capacidad de contagio, cual epidemia viral, que tiene la red y la gran capacidad de distorsión". "Como en el juego del teléfono, el mensaje final puede que no se parezca al original", escribe.

También entra en la comparación que propuso el propio Vigalondo con el cómico británico Ricky Gervais: "El humorista que quiere arriesgar, busca los límites de lo que es corrosivo. Cuanto más lejos vaya, más corrosivo será. Ir hasta el límite tiene, sin embargo, su riesgo: a unos les hará gracia, a otros les ofenderá".

"Para El País, bromas como las expresadas por Vigalondo están más allá del límite tolerable, como lo están las bromas racistas o xenófobas y ciertos chistes sobre pederastia, violencia de género y otras lacras que han causado y causan un enorme sufrimiento", concluye. "El dolor marca la frontera".