La "Elektra" del Real simulará que es fácil lo difícil, como si fuera Ronaldo

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 27 sep.- La ópera de Richard Strauss "Elektra" es "terriblemente" exigente pero su director musical, Semyon Bychkov, se ha propuesto que la orquesta y el elenco disimulen la dificultad, como si fueran Cristiano Ronaldo, ha bromeado hoy en la presentación del título que abre el viernes la nueva temporada del Real.

"La partitura es muy difícil y estoy impresionado de cómo la orquesta la interpreta: con el corazón y con la cabeza. Es de una gran exigencia, un reto muy grande y si sabemos convencer, si hacemos que lo difícil parezca fácil, seremos como Cristiano Ronaldo y funcionará como una orquesta de cámara", ha comparado Bychkov (San Petersburgo, 1952).

El director general del Real, Miguel Muñiz, su intendente, Gerard Mortier, y Bychkov han presentado hoy la que es la primera producción de una temporada que estará dedicada en su primer tramo a títulos contemporáneos.

"En los primeros meses la orquesta va a ser el centro de las producciones. Son obras modernas -"Pelleas et Melisande" y "Lady Macbeth"- en los que los músicos han de hacer un gran trabajo pero ellos están entusiasmados", ha subrayado Mortier.

El elenco es "bastante lujoso" porque en el segundo repertorio será Deborah Polaski, "una de las grandes electras de los últimos 15 años", la protagonista y en el primero Christine Goerke, "la electra de los próximos 15 años, un auténtico descubrimiento".

Este título de Strauss, estrenado en 1909, forma parte del gran repertorio y el Real ha querido con esta producción, procedente del Teatro San Carlo de Nápoles, "hacerla internacional".

Bychkov debuta en el Real y lo hace frente a 110 músicos -entre ellos 24 violines- de la Orquesta Titular del teatro, el número original pensado por Strauss, lo que ha obligado a retirar dos filas de butacas para aumentar el foso.

El Real, ha dicho el director, era "como la Bella Durmiente" y con esta obra "tiene la oportunidad de salir hacia el mundo, que se está fijando en el renacimiento de la música clásica que está ocurriendo en Madrid".

Sobre la obra ha explicado que supuso "una revolución" para la música, tres años después de que su autor conmocionara al mundo con "Salomé".

"Nunca había pasado nada semejante en el mundo musical. Fue un cambio absoluto para todos, desde los cantantes a los músicos. Una vez o dos cada siglo llega algo que lo cambia todo, como pasó con Beethoven y la 'Eroica' y Wagner".

Con Wagner, ha detallado, la tonalidad se fue "estirando y estirando" pero Strauss la llevó "fuera del Universo, donde ya no hay atmósfera y deja de haber gravedad".

Es una obra de "una exigencia tremenda" para la orquesta y los cantantes pero todo se integra "como un matrimonio. Es un reto muy grande y el resultado final suena como una orquesta de cámara", aunque si se hace mal, ha advertido, "la gente se aburre y suena a ruido".

Mortier, acompañado del director técnico del Real, Carlos Abolafia, han enseñado a los periodistas "las tripas" del decorado, una idea de Klaus Michael Grúber (ya fallecido) y que ha realizado Ellen Hammer con el escenógrafo Anselm Kiefer.

Los muros de lo que simula ser un búnker en plena guerra de Sarajevo representan una obra "hermética", según Mortier.

El gran peso y volumen de la escenografía, que en el teatro napolitano estaba situada en desnivel y aquí ha de hacerlo en cota cero, ha planteado varios problemas, entre ellos cortar el material que ha venido transportado en diez camiones para hacerlo "autoportante" y diseñar de nuevo las escaleras que permiten a los cantantes moverse por los distintos niveles.

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