Madrid.- Con el objetivo de reinventar el entorno más próximo y de invitar a la transformación tanto del espacio como de la persona, la Casa de América de Madrid expone el trabajo de ocho artistas latinoamericanos a quienes les une su empeño de trabajar con materiales naturales o de desecho.
Bajo el lema "Mientras sea posible", creadores mexicanos, colombianos, chilenos, argentinos y españoles ultiman hoy los preparativos de una muestra, que a partir del próximo 3 de marzo, y durante tres meses, invita a reflexionar sobre el uso que damos a los objetos más cotidianos de nuestra vida.
"Se trata de ofrecer soluciones orgánicas a los conflictos originados por el sistema financiero", explicó hoy a Efe la comisaria de la exposición, Luisa Fuentes Guaza.
Guaza añadió que "en tiempo de crisis, los artistas invitan a reflexionar con sus montajes sobre la capacidad de transformación que tenemos de nuestro entorno inmediato, qué somos capaces de hacer con los recursos que tenemos a mano".
Los creadores trabajan con la tierra, las plantas, la madera o el cartón. Todos ellos, según la comisaria de la muestra, "intentan elevar a arte objetos construidos con material de desecho para dar visibilidad a su discurso".
La exposición se inicia con una "sala de consulta", en la que el joven historiador Antonio Pascual indaga sobre el concepto de transformación a lo largo de la historia y para ello se sirve tanto de reflexiones de filósofos como de canciones o de artículos de periódicos.
Todas estas citas aparecen colgadas de las cuatro paredes de la sala en las que el visitante se puede detener y llevar a cabo un viaje por la utopía desde el pasado hasta el futuro.
Un jardín colgante a base de plantas con vasos comunicantes es la propuesta de la argentina Aleria Macullán con la que invita a incorporar la savia vegetal a la vida diaria.
El taller "pedimentos" invita a que los visitantes dejen su deseo en forma de escultura de barro como se hace en santuario de la Virgen mexicana de Juquila, en una recreación de un rito tradicional de la zona que aúna el imaginario indígena y católico.
El quipu andino, especie de cinturón con cuerdas con el que los incas llevaban la contabilidad de la producción agrícola, inspiró a la chilena Catalina Bauer.
Así, la artista presenta un montaje evocador, según sus propias palabras. Se trata de una especie de cortina a base abalorios cosida con material de pantys de mujer y que alberga cientos de semillas y tierra que, a base de riego, dará origen a un césped primero de color verde para luego tornarse amarillo.
"El montaje responde a la invitación que me hizo la curadora de pensar en un objeto que vaya transformándose o aluda a la transformación tanto del espacio como de la persona misma", indicó la artista a Efe.
El grupo español "Aggtelek" hace una llamada, con su escultura de cartón tintada de un color verde intenso, a la revisión histórica a base de construir nuevas realidades, mientras que el mexicano Jerónimo Hagerman propone cambiar nuestra "medición" del mundo a base de una construcción con gigantescos troncos de árboles.
La argentina Catalina León se sirve de un mosaico de hojas verdes y telas para presentar su montaje, "muy femenino y lleno de voluptuosidad", explicó la comisaria de la exposición, quien precisó que la artista utiliza elementos temporales para demostrar que el amor permanece y la energía se transforma.
Por último, el mexicano Héctor Zamora, quien participó en la pasada Bienal de Venecia, propone un trabajo "arquitectónico y volátil" a base de formas, que unas veces asemejan pájaros y otras peces rayas.
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