La filosofía se fija en los zombies como ejemplo de crítica social

  • `Filosofía zombi´, el ensayo escrito por Jorge Fernández Gonzalo, analiza las referencias a los muertos vivientes presentes en la cultura popular para así extraer reflexiones sobre la existencia humana.

Fotograma de la película `La Noche de los Muertos Vivientes´
Fotograma de la película `La Noche de los Muertos Vivientes´
lainformacion.com
Julio Vallejo | aviondepapel.tv

Los zombis son una excusa para hablar indirectamente de los vivos en el cine, la literatura, las series de televisión, los videojuegos o el cómic. Esa es la conclusión que sacamos al leer Filosofía zombi, un libro donde Jorge Fernández Gonzalo se toma muy en serio los muertos vivientes. El escritor utiliza las diferentes manifestaciones del monstruo en la cultura pop para reflexionar acerca de los vivos y realizar una crítica al orden establecido. 

Muertos en vida 

Según Fernández Gonzalo, La noche de los muertos vivientes, la primera película de George A. Romero, sería un análisis de las relaciones personales en momentos difíciles que mostraría la incapacidad de los humanos para coordinar una respuesta ante una amenaza. 

De igual manera, Zombi, otra de las cintas del simpar Romero, se convertiría en una particular metáfora de la sociedad consumista al mostrarnos unos no-muertos que sitian un centro comercial donde posiblemente disfrutaron de sus momentos de ocio cuando estaban vivos. 

Jorge Fernández Gonzalo también se encarga de subrayar el estado más o menos zombi que rige muchos actos de la vida cotidiana. El escritor pone como ejemplo la película Zombies party, donde, además de los andrajosos autómatas sin vida, encontramos a Simon Pegg, un vivo que se comporta como un muerto viviente al ir a trabajar todos los días con una patente cara de aburrimiento. 

Crítica social 

Por otra parte, la serie de televisión y los cómics de Walking Dead serían el ejemplo perfecto de cómo una gran amenaza –en este caso una plaga de seres monstruosos- es capaz de alterar nuestros conceptos de familia o trabajo, y desmoronar los instrumentos de control en nuestra sociedad. 

El autor de Filosofía zombi también tiene tiempo para analizar la ironía y la mala leche que supura Dead Set, una miniserie británica donde los únicos supervivientes de una plaga de monstruos son algunos de los concursantes de Gran hermano.  

"En un mundo apocalíptico de plagas de no-muertos, los únicos supervivientes serán los más zombis: una serie de personajes superficiales, con rencillas ingenuas y de un alto infantilismo afectivo, pero altamente productivo a la hora de forjar lazos sociales y atraer simpatías mediáticas, o con relaciones esporádicas y triviales por el desgaste de sus herramientas sentimentales y expresivas", escribe el autor. 

En definitiva, Filosofía zombi pone de manifiesto que, más allá del maquillaje y los efectos especiales, los muertos vivientes son una excusa perfecta para hablar de los seres humanos y las sociedades en las que nos movemos desde una postura menos ingenua y más profunda de lo que parece a simple vista.

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