La ingeniería genética irrumpe en la feria del cocido de Lalín

  • La feria del cocido de Lalín (Pontevedra), en su XLV edición, se ha transformado en un evento de un mes de duración que recoge multitud de manifestaciones, no solo gastronómicas, sino también etnográficas, culturales o deportivas, a las que se sumará la ingeniería genética.

Juan L. Rico

Santiago de Compostela, 29 ene.- La feria del cocido de Lalín (Pontevedra), en su XLV edición, se ha transformado en un evento de un mes de duración que recoge multitud de manifestaciones, no solo gastronómicas, sino también etnográficas, culturales o deportivas, a las que se sumará la ingeniería genética.

De San Amaro a San Valentín, o de otro modo, del 15 de enero al 15 de febrero, se celebra el mes del Cocido de Lalín, fiesta declarada de interés turístico nacional desde 2010 y que honra este plato propio del invierno.

La feria, epicentro del cartel, fue presentada hoy en Santiago de Compostela por el alcalde del municipio pontevedrés, Xosé Crespo, y la secretaria general para el Turismo de la Xunta, Nava Castro, que coincidieron en resaltar el objetivo de alcanzar el reconocimiento internacional de esta fiesta.

Lalín es el municipio con más vacas de España, "más que habitantes", resaltó a Efe el alcalde, pero es el cerdo el protagonista de este plato, que "no es indigesto, aunque parece pantagruélico".

Tras el alarde del vacuno, preguntado por el porcino, Crespo desveló que están intentando conseguir el cerdo "óptimo" para la elaboración del plato.

Así, señaló a Efe que el nuevo cerdo se llamará "lalaino", el nombre que la leyenda adjudica a antiguas tribus que habitaban en la zona, y tendrá como "base" al "porco celta", raza de la que procederán las madres que se cruzan con las "peatrain", "duroc" o "mangalica" centroeuropeas.

El regidor resaltó las cualidades organolépticas del cerdo "celta", pero consideró que tenía mucha grasa, por lo que lo idóneo sería mantener su sabor y dotarlo de más "febra", para que el plato sea insuperable.

En ello andan y las madres "celtas" darán pronto los primeros resultados para poder elegir la mejor combinación.

Fuera del laboratorio, es en las casas de Lalín donde se consigue la calidad del producto, el "porco da casa", que se nutre de harina de maíz, patatas, remolachas..., una alimentación que después dejará su sabor para los humanos en el plato.

Mientras, el de Lalín seguirá siendo uno de los mejores cocidos del mundo, un reconocimiento que también está en marcha, a pesar de que se trata de una pieza gastronómica que ya fue presentado en lugares tan apartados como Buenos Aires o el Vaticano.

En la edición de este año, integran el cartel desde el Rallye do Cocido, en deporte, hasta las demostraciones de matanza tradicional, en la etnografía, o el premio gastronómico que lleva el nombre del escritor mindoniense Álvaro Cunqueiro, primer pregonero de la feria, en 1969, y gran conocedor de la gastronomía gallega, que no solo llevó a su estómago, sino a algunas de las mejores páginas del género.

Esta labor fue desempeñada en años posteriores por personalidades como el expresidente de la Xunta Xerardo Fernández Albor, el único vivo de aquella época y que este año recibirá la capa de la encomienda de esta celebración, u otros grandes escritores gallegos como Otero Pedrayo o Celso Emilio Ferreiro.

Además de muchos de los grandes nombres de la cultura gallega, también cantaron las alabanzas del cocido otros políticos, como el fallecido expresidente gallego Manuel Fraga o el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.

Este año, con la periodista Susanna Griso como pregonera, el cocido se "marida" con el vino de la denominación de Monterrei y, "si no llueve, que es lo peor que puede pasar" -dijo el alcalde- serán unos 30.000 los visitantes que se acerquen a la comarca para degustar el cocido, aunque el regidor reconoce que "después diremos unos pocos más, pero 30.000 es una cifra realista" de visitantes, insistió.

Crespo reconoce que el objetivo es que "el cocido sea el gran embajador", porque es sabido que "por el estómago se conquista fácilmente a la gente" y llamó a seguir las recomendaciones de Cunqueiro, para quien un cocido demanda una jornada entera, incluida la tertulia que el autor de "Merlín y Familia" practicaba con asiduidad con otro gran intelectual y catador, José María Castroviejo.

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