La inocencia de la margarita, la desconfianza de la lavanda y todo el lenguaje secreto de las flores

  • 'El lenguaje de las flores' de Vanessa Diffenbaugh (Salamandra) acaba de salir a la luz en España y todo apunta a que puede convertirse en uno de los próximos éxitos literararios, tras la buena acogida que ha tenido el manuscrito en otros países como Italia, donde se han vendido ya 400.000 ejemplares. En el libro todo gira en torno al amor o la falta de éste. Sin embargo, las verdaderas protagonistas son las flores, a través de las cuales Victoria, el personaje principal de la novela, consigue comunicarse con los demás y confiar en sí misma.

Huele a primavera y sólo en días, casi en horas, ésta hara su maravilllosa aparición para deslumbrar con su colorido. Las bungavilllas, los tulipanes, las margaritas de los prados, las rosas blancas, rojas y amarillas, las amapolas, las lilas y los narcisos nos rodearán y envolverán con su aroma sin que muchos reparen en su mágico poder. Ese que fue tan explotado en la época victoriana cuando expresar los sentimientos públicamente estaba muy mal visto y las flores eran las encargadas de sustituir las palabras y los abrazos, pero también los gestos de rechazo y las miradas amenazantes. Todo podía transmitirse utilizando flores.

Vanessa Diffenbaugh, la autora de El lenguaje de las flores que publica la editorial Salamandra, se ha inspirado precisamente en este código victoriano para narrar el viaje emocional de una joven californiana, que marcada por una dolorosa historia personal, encuentra en las floras la manera de amar a los demás, de confiar en sí misma y de crecer.

Diffenbaugh nació en un pequeño pueblo agrícola del norte de California, su madre y su madrastra tenían jardines maravillosos y creció rodeada de plantas y de flores. Un buen día, cuando tenía 16 años encontró en una pequeña librería un ejemplar de bolsillo del Diccionario Ilustrado del Lenguaje de las Flores de Kate Greenaway y a partir de ahí quedó fascinada por esa forma de comunicarse secreta y misteriosa.

Para la autora, como Victoria con las flores, 'sería estupendo que la gente joven o alguien que atraviesa una situación tan grave como la protagonista encontrase algo que le haga sentir bien y madurar como la música o la pintura', aunque es consciente de que 'hoy no podríamos comunicarnos con un lenguaje así porque sería demasiado complicado, sobre todo porque muchas flores no tienen un significado único y esto podría generar bastantes problemas de comunicación'.

Hoy se lleva más el 'golpe de click' o el 'smartphone'. Las nuevas tecnologías permiten que la comunicación se desarrolle de forma más fluida y rápida que nunca, sin embargo, 'hay una comunicación no meditada, todo va tan rápido por las nuevas tecnologías que no nos tomamos el tiempo de pararmos y de volver atrás y con el libro yo creo que he intentado lograr una comunicación más esmerada, que en este caso se desarrolla utilizando las flores'.

Amor, falta de amor, desconfianza, misantropía, miedo, ternura, generosidad... Diffenbaugh se adentra en su primera novela en un bosque lleno de sentimientos que va desgranando en cada capítulo y a la largo de la vida de Victoria. La niña y la pre-adulta se sobreponen hasta que por fin la primera queda liberada gracias a la confianza, el amor materno (en uno y otro sentido) y el amor de un compañero.

'Me interesaba que viendo mi recorrido, que he sido una persona muy querida, que no he tenido una familia sino dos: con padres y con padrastros, me doy cuenta de que todo lo que he hecho ha sido para conseguir amor, para mantenerlo, para darlo... toda mi vida gira entorno al amor. Por eso he pensado, ¿cómo sería un personaje o unas personas que no lo hubieran tenido? ¿Qué pasaría si no hubiesen navegado por la vida con esa estrella polar?', relata la autora.

El problema de los niños adoptados

La novela desvela el complejo sistema de adopción estadounidense ynarra cómo se establecen los vínculos entre una madre de acogida y una niña, y lo que sucede cuando esta niña crece y tiene su propia hija y nacen sus sentimientos maternales. Aunque todo el libro es ficción, la autora es madre de acogida y cuenta la historia con un conocimiento de causa, como suele decirse, que le da peso a la novela.

'El primer escollo del sistema estadounidense de acogida es que con 18 años los chicos se encuentran en la calle tengan recursos o no (y normalmente no los suelen tener). Todo el que recuerde su adolescencia sabe que está preparado para muchas cosas menos para hacerse cargo de sí mismo. El segundo gran problema es que se necesitarían más buenas familias de acogida que se hicieran cargo de los adolescentes porque si no su destino es ir a casas comunales donde comparten vida con más adolescentes y la situación es complicada', relata la autora.

A todo eso hay que unir la falta de información y preparación total de las familias y una demanda elevadísima de chicos que necesitan ayuda que a su vez alimenta que se ejerza una fuerte presión. 'Cuando dije que yo quería ser madre de acogida de un chico o una chica, de entre 8 y 12 años, me llamaban todas las noches para que acogiese a niños adolescentes (o a varios a la vez) y se dio el caso bajo tanta presión de acoger a uno de ellos sabiendo que no iba a poder responder y efectivamente fue así', relata Diffenbaugh.

Por si fuera poco, en EEUU pagan a los padres de acogida, 'lo que hace que esta situación pueda convertirse en un trabajo o un negocio para mucha gente e incluso que llegan a acoger a siete u ocho chicos para sacar rentabilidad'.

La autora estudió Pedagogía y Escritura Creativa en la Universidad de Standford y trabajó como profesora para niños sin recursos en programas escolares. Con este libro ha sido elegida como 'mejor autor de primera novela del año' por la revista Elle. Vanessa vive en Cambridge, Massachusetts, con su extensa familia y ya se encuentra preparando su segundo trabajo del que no quiere soltar prenda. Su flor favorita es el tulipán, que significa 'declaración de amor'. En el libro añade un apéndice-diccionario con el significado de las flores basándose en la unión de varios manuales y del propio sentido común.

Ylenia Álvarez
Mostrar comentarios