La mexicana Lila Downs y su privilegiada voz seducen al público madrileño

  • Con su privilegida voz y su particular visión de la música tradicional mexicana, la cantante Lila Downs ha estado a la altura de su prestigio y ha seducido al público madrileño, en el concierto que ha celebrado esta noche en el escenario Puerta del Ángel del festival Los Veranos de la Villa.

Carlos Palencia

Madrid, 7 jul.- Con su privilegida voz y su particular visión de la música tradicional mexicana, la cantante Lila Downs ha estado a la altura de su prestigio y ha seducido al público madrileño, en el concierto que ha celebrado esta noche en el escenario Puerta del Ángel del festival Los Veranos de la Villa.

Durante hora y media y con un repertorio de temas propios y clásicos de su tierra -como viene siendo común en su carrera-, Lila ha recorrido parte de la geografía mexicana y ha declarado su amor a las tradiciones de su país, con ese estilo especial que tan sabiamente incorpora arreglos propios del jazz o el blues.

Así, en un escenario con sus más de 2.500 butacas casi ocupadas, la inagotable y versátil voz de esta reinventora de la canción mexicana ha flirteado con géneros como la cumbia, el bolero, el corrido y, por supuesto, la ranchera, acompañada de siete músicos, entre los que ha destacado su inseparable Paul Cohen al saxo.

Para empezar de forma animada, la artista se ha decantado por "El relámpago", canción que, cual descarga eléctrica, ha activado al público y ha allanado el terreno para ese gran tema que es "Agua de rosas", más relajado y, que, como la propia Lila ha dicho, es perfecto si se quiere "mandar lejos la tristeza".

Sin parar de bailar ni un solo momento, el clásico tema "Yo envidio el viento" ha servido como momento de recogimiento, en contraste con lo que ha llegado después, la marchosa "Los pollos", en la que incluso la incansable cantante no ha dudado en divertirse y divertir al público, imitando a un gallo mientras danzaba.

Siempre activista y comprometida, ese buen ejemplo de mestizaje viviente que es Lila, ha apelado a la diversidad, ha mostrado su apoyo a los indígenas mexicanos, y después ha dedicado la canción "Comalito" a las mujeres trabajadoras de México, lo que le ha supuesto numerosos aplausos por parte del público.

"La martiniana" ha sido otra de sus versiones más celebradas, la cual ha dedicado a la cantante Martirio -presente en el público-, para enlazar después con ese canto de protesta que es "Justicia", en el que ha hecho un impresionante uso de los agudos.

Luego ha sido el turno de su emocionado homenaje al mescal, ese, como ella ha señalado, "veneno que saca el ángel o el demonio", con el tema "Mescalito", que ha llegado a cantar con una botella de esta bebida en la mano.

Respondiendo con alegría a los incontables piropos y gritos de "Viva Oaxaca" por parte de los asistentes, Lila ha enlazado tres grandes temas populares como "Cucurrucucu paloma", "Cucaracha" y "Paloma negra", siendo este último posiblemente el instante más nostálgico y de mayor sentimiento de la noche.

Cerca del final, no podían faltar su exitosa "Cumbia del mole", que ha desatado los bailes del público, y su versión de "La llorona", que han precedido a una despedida en la que han brillado "Naila" y "Arenita azul", en un fin de fiesta muy marchoso y por todo lo alto.

Aunque se han echado en falta algunos temas como su interpretación de otro clásico como es "La cama de piedra", que algunos asistentes han demandado desde las butacas, el espectáculo no defraudó y ha reforzado las teorías que apuntan a que Lila podría ser la perfecta sustituta de Chavela Vargas.

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