La muerte de Moebius deja huérfano al teniente "Bluewerry"

  • El dibujante francés Jean Giraud, conocido como Moebius, uno de los artistas más influyentes del mundo del cómic, falleció hoy dejando tras de si una fértil obra encarnada en el personaje del teniente Blueberry y en sus incursiones en el cine.

París, 10 mar.- El dibujante francés Jean Giraud, conocido como Moebius, uno de los artistas más influyentes del mundo del cómic, falleció hoy dejando tras de si una fértil obra encarnada en el personaje del teniente Blueberry y en sus incursiones en el cine.

Considerado uno de los lápices más importantes del noveno arte, Giraud falleció en París tras una larga enfermedad a menos de dos meses de cumplir los 74 años.

Deja una obra extensa y un universo propio que pasó del realismo de sus primeros personajes, inspirados en el "far west" que conoció en México, donde fue a vivir su madre, a los abstractos dibujos que dibujó a partir de los 60, inspirados en un mundo fantástico y de ciencia ficción.

Fueron esas viñetas las que le valieron llamar la atención de directores cinematográficos que incorporaron su universo fantasioso a películas como "Alien", de Ridley Scott, "The fifth element", de Luc Besson, o "Abyss", de James Cameron.

Pero su fama internacional se había asentado antes de la mano de un personaje, el teniente "Bluewerry", un "cow boy" que nació de sus lápices y de la pluma de Jean-Michel Charlier en 1963, y que firmó con el pseudónimo de Gir.

Supuso una relectura del género del "western" y encontró un enorme éxito de público que le abrió las puertas de las principales revistas ilustradas, empezando por "Pilot", fundada por René Goscinny, creador de Asterix o Lucky Luke.

Pero en el cénit de su carrera, Giraud se cruzó con el artista chileno Alejandro Jodorowsky, exiliado en Francia, lo que le desvió de su carrera, hasta ese momento esencialmente realista, hacia universos más interiores e imaginativos.

Comienza así una etapa nueva en su arte que quiso marcar adoptando un nuevo alias, el de Moebius, que tomó prestado de un matemático alemán del siglo XIX.

Junto con Jodorowsky pasó años tratando de adaptar a la gran pantalla la obra "Dune", de Frank Herbert, pero el proyecto nunca vio la luz.

Sin embargo, de su colaboración mutua nacieron otras obras, que tuvieron menos éxito popular que el famoso "caw-boy" pero que se han convertido en viñetas de culto.

Es el caso de "El Incal" o "Arzach", donde comienzan a aparecer figuras surgidas directamente del universo onírico del dibujante.

En esa época funda también la revista "Métal Hurlant", donde encuentran asiento las figuras creativas de ciencia ficción y fantasía nacidas de sus lápices.

"El acto de dibujar es algo mágico. La magia está a nuestro alrededor, y con el tiempo se convierte en una técnica de comunicación. La busco en todo momento, pero es difícil de conseguir", aseguraba hace un año el dibujante con motivo de la presentación en España de una de sus últimas obras.

Moebius se convirtió en un icono, un estilo propio que fue mil veces imitado y que influyó a otras disciplinas, como el cine o el videojuego.

Abierto a las nuevas corrientes, el dibujante se instaló en 1984 en Los Ángeles y, posteriormente en Tokio, donde encontró nuevas fuentes de inspiración.

El artista traspasó la frontera del papel en la última parte de su obra, cuando decidió convertirse a si mismo en protagonista de sus cómic en la serie "Inside Moebius".

En vida obtuvo buena parte de las recompensas a las que puede aspirar un dibujante.

En 1985 fue elegido mejor artista gráfico de Francia y, poco después, el presidente François Mitterrand le condecoraba con la Orden de las Artes y las Letras.

En 1981, el Festival de Angulema le otorgaba el gran premio y en 2000 abría una gran retrospectiva de su obra.

El año pasado fue la Fundación Cartier de París la que reunió originales y objetos que marcaron su universo personal en la que, hasta ahora, es la última gran exposición sobre Moebius.

El aspecto dual de su obra fue destacado hoy por el ministro francés de Cultura, Fréderic Mitterrand, quien señaló que con la muerte de Jean Giraud se van "dos artistas".

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