La obra de James Ensor, el pintor moderno que se creía Cristo, llega a Madrid

  • Madrid.- El pintor belga James Ensor (1860-1949) "se identificaba con Cristo por ser un revolucionario" y despertaba pasiones y odios entre sus coetáneos, dijo hoy a Efe Xavier Triot, comisario de la muestra "James Ensor. La belleza de lo grotesco", que se inaugura mañana en la Fundación Carlos de Amberes de Madrid.

La obra de James Ensor, el pintor moderno que se creía Cristo, llega a Madrid
La obra de James Ensor, el pintor moderno que se creía Cristo, llega a Madrid

Madrid.- El pintor belga James Ensor (1860-1949) "se identificaba con Cristo por ser un revolucionario" y despertaba pasiones y odios entre sus coetáneos, dijo hoy a Efe Xavier Triot, comisario de la muestra "James Ensor. La belleza de lo grotesco", que se inaugura mañana en la Fundación Carlos de Amberes de Madrid.

Estos sentimientos encontrados en torno a Ensor emanaron de su propia obra, en la que criticaba sin tapujos a la sociedad finisecular de Bélgica con una tendencia incisiva en la sátira, la caricatura y lo carnavalesco.

En sus grabados, litografías, bocetos, dibujos y óleos, el artista belga representó escenas grotescas en las que intelectuales, científicos, jueces, políticos y artistas salieron bien o mal parados dependiendo de su cariño o animadversión.

En la Historia del Arte, debido a su amplia producción de caricaturas, fue encasillado temporalmente como un artista menor, aunque él mismo reivindicase la alta calidad de su obra.

Ahora, cuando se cumple el 150 aniversario de su natalicio, Ensor es considerado como "el primer pintor moderno" y "un revolucionario del arte de Bélgica" de finales del siglo XIX, señaló Triot.

Aún más: la calidad del pulso de la mano de Ensor le ha valido ser reconocido como "el nuevo Rubens".

En Madrid, la Fundación Carlos de Amberes expone, hasta el próximo 8 de diciembre, 140 obras que han sido clasificadas por el comisario belga por temas como sus famosas caricaturas y sus representaciones de Jesucristo, sus retratos y autorretratos o sus desconocidas dotes paisajistas.

En concreto, "James Ensor. La belleza de lo grotesco" ha traído un amplio abanico de obras en papel a través de las cuales se puede entender "in situ" la influencia que tuvo este dibujante, sobre todo, en las vanguardias que surgieron tras la I Guerra Mundial.

No hay que olvidar que Ensor repudió el arte impresionista y puntillista y, en cambio, admiró a los pintores clásicos como Francisco de Goya, Rubens, El Bosco y Brueghel El Viejo que copió y renovó desde su mirada, retratando a la sociedad de finales del siglo XIX a través de escenas de la calle.

Su fuerte personalidad le llevó a considerarse como "un revolucionario" de la pintura belga, es decir, "el nuevo Rubens" o el Jesucristo del modernismo.

Entre las 140 obras reunidas en la Fundación Carlos de Amberes cabe destacar el tapiz "Cristo en Bruselas", que el cofundador del grupo de vanguardia belga "Les XX" creó en 1889, dentro de la etapa más interesante de Ensor (de 1885 a 1900), según explicó el comisario.

No sólo destaca por el tamaño del tapiz (2,5 x 4,32 metros), que se basa en un cuadro de las mismas medidas, sino porque es "el súmmum" a nivel técnico y temático de Ensor, comentó Triot.

Una obra que fue de referencia para los pintores alemanes expresionistas y que pertenece a los fondos del prestigioso Getty Museum de Los Ángeles, aunque irónicamente, fue expuesta por primera vez en 1929, treinta años después de haberla creado en Ostende, la ciudad en la que el pintor nació, vivió y murió.

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