La ópera pierde al belga Gérard Mortier, polémico innovador

  • El mundo de la ópera perdió al belga Gérard Mortier, un innovador polémico, que falleció anoche a los 70 años en su domicilio de Bruselas a consecuencia de un cáncer de páncreas que le fue detectado el pasado verano, cuando todavía estaba al frente de la dirección artística del Teatro Real de Madrid.

Madrid, 9 mar.- El mundo de la ópera perdió al belga Gérard Mortier, un innovador polémico, que falleció anoche a los 70 años en su domicilio de Bruselas a consecuencia de un cáncer de páncreas que le fue detectado el pasado verano, cuando todavía estaba al frente de la dirección artística del Teatro Real de Madrid.

Mortier (Gante, Bélgica, 1943) estuvo acompañado desde siempre por la controversia y tenía claro que su papel al frente de las instituciones musicales que dirigió a lo largo de su carrera fue ampliar el horizonte musical al público y hacerle reflexionar.

"Dicen que me gusta provocar, pero lo que me gusta es agitar, y veo a mucha gente contenta. Lo único malo para el teatro es la indiferencia", aseguró Mortier hace un año y medio.

Bruselas, París, Salzburgo y Madrid, cuyos escenarios operísticos dirigió, han recordado hoy la figura de Mortier.

El Teatro Real de Madrid, del que era consejero artístico, dedicó esta tarde a Mortier la representación de "Alceste", de Gluck, en la que se guardó un minuto de silencio en su memoria, mientras las banderas de su fachada en el exterior ondeaban a media asta en señal de luto.

El director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer, dijo a Efe que lamentaba esta "profunda pérdida" para la ópera y la lírica del que, añadió, fue un "revolucionario e innovador" que fue capaz de movilizar a todo el público y "sobre todo al más joven".

Hace apenas unas semanas Mortier llevó al Real su adaptación a la ópera de la famosa película Brokeback Mountain.

Mortier llegó al Real en 2010 como intendente con la intención de convertir el coliseo madrileño en "un laboratorio de la ópera del siglo XXI".

En esa labor levantó polémicas y reconocimientos, hasta que fue sustituido en septiembre por Joan Matabosch, decisión que hizo que el belga arremetiera contra los responsables culturales españoles, aunque posteriormente hubo acuerdo para que ambos gestionaran la actual temporada.

Los reyes de España se sumaron a los mensajes de condolencias con una nota en la que destacaron su "carácter innovador" y su "aportación a la renovación de la ópera" del que calificaron de "un gran director artístico".

También el Festival de Salzburgo, a través de su presidenta, Helga Rabl-Stadler, subrayó la labor de Mortier en la década (1991-2001) que estuvo al frente de esta institución: "Era maravilloso trabajar con él, cuando con competencia y pasión realizaba programas que previamente parecían irrealizables. Era difícil trabajar con él cuando sus ganas de provocar herían a compañeros y artistas".

Por su parte, la ministra francesa de Cultura, Aurélie Filippetti, rindió homenaje a Mortier, que estuvo al frente de la Ópera de París entre 2004 y 2009, y al que calificó de "gran figura del arte lírico".

Tras el fallecimiento del director, cuya ceremonia fúnebre se llevará a cabo en la más estricta intimidad, son varias las instituciones que dirigió que ya anunciaron homenajes.

Así, la Ópera de París informó de que le dedicará la reedición de su "Tristán e Isolda" a partir del próximo día 8, mientras que el Real de Madrid prepara un espectáculo en el que los jóvenes tendrán una presencia destacada, para subrayar su herencia como gran impulsor de la ópera como arte abierto a su tiempo.

Asimismo, el Teatro Real de la Monnaie de Bruselas organizará un homenaje al que fuera su director durante diez años, y le dedicará además la adaptación de "Au monde" (En el mundo), del autor y director de teatro francés Joël Pommerat.

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