La pintura hiperrealista de la monja isabel guerra atrae a 78.000 personas a su exposición en madrid


Unas 78.000 personas visitaron la exposición ‘Isabel Guerra 2015. Pintura, dibujo y fotografía’ que la religiosa cisterciense ha protagonizado recientemente en Madrid. La muestra, que ha incluido la obra más reciente e innovadora de Guerra, llegaba a la capital tras 10 años sin exponer en Madrid y 15 en Zaragoza.
Desde su inauguración el 30 de mayo hasta su conclusión el 21 de junio, la artista ha mostrado al público su visión más actual del arte, que va más allá del hiperrealismo y se adentra en la modernidad a través del uso de las nuevas tecnologías en la fotografía.
Esta exposición de Obra Social de Ibercaja, que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, se abrió al público anteriormente en Zaragoza y alcanzó los 40.000 visitantes.
La muestra, que incluía 121 piezas nuevas, en su mayor parte realizadas del año 2013 al 2015, ha estado formada por pinturas al óleo, paisajes de pueblos aragoneses, dibujos, fotografías, serigrafías y una recreación de la historia de la fotografía. En esta ocasión la religiosa descubrió su faceta más innovadora como artista a través de sus fotografías texturizadas junto al tratamiento de la luz para conseguir el efecto deseado y el reflejo de la realidad en sus obras.
REFERENTE DEL HIPERREALISMO
Guerra está considerada un referente del hiperrealismo español, aunque ella nunca quiso que la encuadraran en este movimiento que, coincidiendo con su pintura, se proponía recrear la realidad en el lienzo con más fidelidad que la fotografía.
Entre su creación destacan especialmente los dibujos, en los que ofrece una versión del ser humano que apuesta por personas, fundamentalmente mujeres, que no juegan con las posibilidades de la mirada directa hacia el espectador, más bien se presentan sugiriendo la necesidad de recuperar el paisaje interior.
Isabel Guerra desarrolló su talento artístico de forma personal y autodidacta. Le gustaba frecuentar el Museo del Prado donde descubrió a los grandes genios de la Historia del Arte, especialmente a Velázquez. Nacida en Madrid en 1947, con 15 años años realizó su primera exposición en Madrid y a los 23 ingresó en el Monasterio Cisterciense de Santa Lucía en Zaragoza. Es miembro honorífico de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis y correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

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