La realizadora Heddy Honigmann explica en Madrid 30 años de trabajo

  • Alicia G.Arribas.

Alicia G.Arribas.

Madrid, 14 mar.- La realizadora Heddy Hongmann, nacida en Perú en 1951, hija de inmigrantes judíos procedentes de Austria y Polonia y nacionalizada holandesa, autora de más de una treintena de obras, casi todas desconocidas en España, asegura que el secreto de contar la verdad en el cine es hacerlo con una sonrisa.

"Esto que digo ya lo dijo Billy Wilder a sus 80 años cuando recibió el Óscar: 'si quieres decir a la gente la verdad tienes que hacerlos reír, o te matarán', y es así. La verdad es dura, es fastidiosa, es fea, pero si les haces reír, te lo aguantarán todo", argumenta esta experimentada mujer, cuya mirada sobre la realidad impregna todo su trabajo.

La cineasta, que visita Madrid estos días invitada al encuentro de creadores 3XDOC, que organiza la Asociación de Cine Documental DOCMA, impartirá esta tarde una clase magistral en la Filmoteca Española (Cine Doré), donde se han concentrado las actividades del evento.

Según explica Honigmann en una entrevista con EFE, si la memoria y la supervivencia son los temas que sacuden todas sus películas, lo es también la sonrisa, "incluso cuando a veces piensas 'no habrá de dónde', pero siempre se encuentra", afirma.

Ese es también el origen de su último documental, "El olvido", en el que Honigmann regresa a su Lima natal para mostrar, a través de los más variopintos personajes que pueblan la ciudad, cómo se mueve la sociedad peruana actual.

Predestinada por tradición familiar a ser médico, la joven Heddy, hasta entonces poetisa "no demasiado mala", bromea, decidió salir de Lima y aterrizó en Andalucía, donde por casualidad supo del Centro Experimental de Cinematografía de Roma, que la acogió (aunque sin beca, puntualiza) y la educó en la narración fílmica.

"Yo sabía hasta cuando escribía poesías que estaba describiendo imágenes; no me pude negar a la evidencia de que amaba el cine", confiesa.

Pero su futuro se iba a escribir en Ámsterdam, donde vivía su futuro marido y donde no encontró discriminaciones para hacer cine por el hecho de ser mujer: "En Holanda sólo se tiene en cuenta si tienes un buen proyecto".

Su larga trayectoria cinematográfica reúne 35 títulos, tanto de ficción como documentales, entre ellos, "Au revoir" (1995) "Mind Shadows" (1987), "Metal and Melancholy" (1993) "Crazy" (1999), "Food for Love" (2004) o "Forever", que presentó en 2006 en el Festival de San Sebastián, igual que este "El olvido", con el que acudió en 2008.

Sin embargo, sus películas no han encontrado distribuidor en España.

Afortunadamente, explica, se puede encontrar por internet una selección de su obra, tras la insistencia de su autora, con subtítulos en español, que incluye su última ficción, "And then one day", en la que figura como guionista su hijo Stephan.

Para la documentalista Mercedes Álvarez ("Mercado Futuros", 2004) también invitada a este encuentro 3XDOC, el problema de la distribución asfixia a las películas singulares y culpa de ello a la regulación política y al hecho de que "las salas cierran y los exhibidores no arriesgan".

"Cada vez hay menos espacios para mostrar miradas diferentes", se lamenta la realizadora, quien se muestra convencida de que si se les diera a algunas películas la oportunidad de permanecer algún tiempo en una sala, habría "sorpresas".

Honigmann, no obstante, recomienda a todos los jóvenes que quieran hacer cine "que no se asusten", "tirar para adelante" y aprovechar las nuevas herramientas que permiten "hacer una película con dos centavos", aunque reconoce que los tiempos no son fáciles, ni siquiera comparado con los que ella tuvo que vivir.

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