La revista satírica "Private Eye", 50 años de demandas y corrosión

  • Sus corrosivas portadas se han convertido en toda una institución en el Reino Unido. La revista satírica "Private Eye", que hoy cumple 50 años, se ha atrevido con todo: primeros ministros, empresarios y hasta con la Reina.

Ramón Abarca

Londres, 25 oct.- Sus corrosivas portadas se han convertido en toda una institución en el Reino Unido. La revista satírica "Private Eye", que hoy cumple 50 años, se ha atrevido con todo: primeros ministros, empresarios y hasta con la Reina.

En una pequeña oficina en el barrio londinense de Soho un reducido grupo de excéntricos elabora quincenalmente desde el 25 de octubre de 1961 el aguijón más envenenado de la actualidad británica.

Sus responsables, que celebran las reuniones de redacción en un pub, llevan con orgullo el récord de ser la publicación con más demandas por difamación de la historia legal del Reino Unido.

Y es que para "Private Eye" (detective privado), que vende más de 200.000 ejemplares, no hay límites, sobre todo en sus irreverentes y en ocasiones ofensivas portadas, que forman parte ya de la cultura popular británica.

Están hechas a base de montajes fotográficos ilustrados con bocadillos de texto a través de los cuales interpretan o analizan la realidad de la semana sin compasión, una fórmula que no ha sufrido muchos cambios a lo largo de los años.

Una de las más famosas es en la que el expresidente estadounidense George Bush aparecía marcando la cuenta atrás de la guerra de Irak, entonando: "10,9,8,5,2, er".

En otra se veía a Adolf Hitler en uniforme y anunciando: "He vuelto reencarnado en el príncipe Enrique", en alusión a las escandalosas fotografías en las que el hijo de Carlos de Inglaterra aparecía vestido de nazi en una fiesta de disfraces.

Una de las más polémicas fue la dedicada a la muerte de Lady Di, cuando en la primera página de la revista se veía a la multitud despidiendo a la princesa bajo el titular "La culpa de la prensa".

Sobre la imagen, tres bocadillos de texto salían de entre la gente: "Los periódicos son una desgracia", decía la primera persona; "Sí, no pude conseguir uno hoy", se quejaba la siguiente, y la tercera pedía que le devolvieran el suyo ya que mostraba una foto del coche accidentado.

Fueron miles las cartas de protestas y los grandes almacenes WH Smith no han vuelto a vender la revista desde entonces.

En el medio siglo de historia de "Private Eye", la "dama de hierro", la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, es el personaje que más juego a dado a sus editores tras aparecer 95 veces en la portada, seguida de la reina Isabel II con 62.

La revista, dirigida desde 1986 por el periodista, escritor y cómico Ian Hislop, no ha querido hacer muchas concesiones a las nuevas tecnologías y mantiene un aspecto de publicación amateur y antigua.

"Es una increíble escuela de periodismo, una publicación que ha evitado evolucionar. Su calidad retro es parte de su brillantez" asegura el director del periódico "The Guardian", Alan Rusbridger.

En su redacción, por la que han pasado los mejores dibujantes de viñetas del país, trabajan solo siete periodistas pero cuenta con una larga cartera de más de 150 colaboradores.

La mayoría no firma sus textos o lo hace son pseudónimo ya que muchos periodistas son de otros medios a los que no les dejan publicar su historia.

A pesar de su rudimentaria producción y de haber mantenido el mismo precio - 1,50 libras o 1,7 euros- desde hace seis años, "The Eye", como es popularmente conocida, es un negocio redondo que ha sabido hacerle frente a la crisis de los medios impresos sin dificultades.

Más del 60 por ciento de sus lectores son suscriptores, por lo que no depende tanto como otras publicaciones de los anunciantes y no pertenece a ningún grupo de comunicación, sino a un largo y variopinto número de accionistas.

Con motivos de su aniversario, el colaborador de la revista durante 14 años Adam Macquee ha publicado un libro titulado "Los primeros 50 años de Private Eye" y el museo londinense Victoria & Albert le dedica una exposición a sus mejores portadas.

"El final de The Eye llegará cuando todos los políticos actúen de manera limpia, cuando el Gobierno, los medios de comunicación y el sistema judicial sean totalmente transparentes y cuando los británicos pierdan el sentido del humor", asegura Macquee.

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