La sombra cinematográfica del escritor Richard Matheson

  •  Richard Matheson, un nombre que no hay que olvidar de la narrativa de terror moderna.
Julio Vallejo / Aviondepapel.tv
Julio Vallejo / Aviondepapel.tv

Las palabras del escritor Stephen King, recogidas en el prólogo de la recopilación “Pesadilla a 20.000 pies”, resumen perfectamente la importancia de Richard Matheson en la narrativa de terror moderna.

“Él solo se bastó para regenerar un género estancado, rechazando las convenciones de los pulps que ya estaban moribundas e incorporando a sus obras impulsos e imágenes sexuales de la misma manera que Theodore Sturgeon había empezado a hacer en la ciencia-ficción, y escribiendo una serie de historias cortas y estruendosas que fueron fogonazos en una tormenta eléctrica. Cuando la gente habla de este género, supongo que mi nombre es el primero que se menciona, pero sin Richard Matheson yo no estaría aquí”.

The Box

Al igual que el autor de “Misery”, Matheson ha tenido una peculiar relación con el cine, un medio en el que trabajó como guionista y que le sigue proporcionando bastante dinero gracias a las numerosas adaptaciones cinematográficas que se han realizado de sus obras. La última de ellas en llegar a nuestras pantallas ha sido “The Box”, cinta del visionario director Richard Kelly.

Nacido en New Jersey el 20 de febrero de 1926, Matheson comenzó muy pronto su carrera como periodista y escritor de relatos. Sus cuentos aparecieron en numerosas publicaciones dedicadas al terror y, poco a poco, empezó a ganarse buena fama entre los amantes del género gracias a novelas como “Soy leyenda” o “El increíble hombre menguante”.

Esta última fue la primera obra de relevancia que Matheson vio en pantalla grande. El propio autor se encargó del guión de este clásico, filmado en 1957 por el artesano Jack Arnold, donde se nos contaban las peripecias de un hombre que sufría un paulatino empequeñecimiento después de atravesar una nube radiactiva. La imagen del diminuto protagonista atacado por una enorme araña ha quedado en los anales del género.

Adaptaciones de Poe

El siguiente paso del escritor en el celuloide está escrito en letras de oro en la historia del cine de terror: las adaptaciones que el autor norteamericano realizó de gran parte de los textos de Edgard Allan Poe.

Corrían los sesenta, y aprovechando que los derechos del responsable de “Annabel Lee” eran de dominio público, el siempre astuto realizador Roger Corman contrató al norteamericano para que escribiera los guiones de “La caída de la casa Usher” (1960), “El péndulo de la muerte” (1961), “Cuentos de terror” (1962) o “El cuervo” (1963).

Las cintas traicionaban bastante el espíritu de Poe, haciendo sus historias más físicas de lo que realmente eran, aunque nos permitían disfrutar de un atormentado y magnífico Vincent Price. El mítico intérprete se convertiría también en protagonista de otros dos largometrajes con el sello Matheson: “La comedia de los horrores” (1964), una macabra película de humor negro con guión del narrador y dirigida por el veterano Jacques Tourneur, y “El último hombre sobre la Tierra” (Sidney Salkow, 1964), adaptación de “Soy Leyenda” que nos contaba las desventuras de un hombre que intenta sobrevivir en un mundo de vampiros.

Aprovechando que las películas de Corman sobre Poe tenían un innegable toque Hammer, la mítica productora británica contrató al novelista para encargarse del libreto de “La novia del diablo” (1968), una estupenda película sobre sectas diabólicas que contaba con la participación de dos de las estrellas de la casa: el director Terence Fisher y el actor Christopher Lee.

Soy leyenda

Los setenta trajeron una nueva adaptación de “Soy Leyenda”: “El último hombre vivo” (Boris Sagal, 1971). La cinta volvía a colocar a un hombre, un Charton Heston con cierta adicción por las películas apocalípticas, intentando sobrevivir en una Tierra de seres humanos seguidores de una oscura secta e infectados por una terrible enfermedad.

John Hough, realizador de la Hammer, también se atrevió a llevar a la pantalla a Matheson en una de sus obras más polémicas: “La leyenda de la casa del infierno” (1973). El filme, una cinta de conseguida atmósfera con guión del propio escritor, seguía los pasos de un grupo de hombres y mujeres que se atreven a pasar unos días en una gran casa. Tanto la novela como el largometraje fueron vistos con recelo por algunos fans del terror, que detectaron numerosas y evidentes coincidencias con “The Haunting of Hill House”, el clásico sobre caserones encantados de Shirley Jackson, que el realizador Robert Wise llevó al cine con el nombre de “The Haunting”(1963).

El diablo sobre ruedas

No obstante, la gran aportación cinematográfica del narrador estadounidense durante esta época fue su guión para “El diablo sobre ruedas” (1971). Rodada inicialmente para la televisión, aunque exhibida en salas en Europa, Steven Spielberg conseguía llevar a buen puerto la sencilla y desasosegante historia de un hombre perseguido por el misterioso conductor de un camión.

Los ochenta se abrieron en materia de versiones cinematográficas de textos del escritor con “En algún lugar del tiempo” (Jeannot Szwarc, 1980), sosa versión cinematográfica de un libro homónimo sobre amores a través del tiempo, y “La increíble mujer menguante” (Joel Schumacher, 1981), ridícula recreación femenina de uno de los clásicos del novelista.

Pesadilla a 20.000 pies

Sin embargo, la mejor adaptación de esta época se encuentra en “Pesadilla a 20.000 pies”, donde el propio Matheson se encarga de un guión que nos cuenta las desgracias de un pasajero que, movido por el pánico, cree ver a un terrible monstruo en las alas de su avión. El corto, dirigido por George Miller, se incluía en una de las películas colectivas preferidas de los treintañeros frikis: “En los límites de la realidad” (Joe Dante, John Landis, George Miller, Steven Spielberg, 1983).

Tiburón 3

Además de la participación de Matheson en “Tiburón 3” (1983), última parte de la saga de terroríficos escualos iniciada por Spielberg, las cintas que se realizaron entre finales de los ochenta y gran parte de los noventa con el nombre del novelista en los créditos no pasarán a la historia.

Sólo “Más allá de los sueños” (1998), una historia de amor más allá de la muerte entre un hombre vivo y su fallecida esposa, consigue destacar algo, pese a los excesos preciosistas y melodramáticos de Vincent Ward, director de cult-movies como “Navigator” (1987) o “Mapa del corazón humano” (1992).

De esa misma época resulta reseñable la versión que el cineasta David Koepp, guionista habitual de Steven Spielberg, realizó de “El último escalón” (1999), una entretenida película donde Kevin Bacon tenía que hacer frente a unos espíritus que se le aparecían tras ser hipnotizado.

No obstante, los últimos años han sido propicios para las adaptaciones de Richard Matheson. “Soy Leyenda” (Francis Lawrence, 2008), una nueva revisión de su obra más conocida, ha cosechado un gran éxito gracias a la interpretación de Will Smith y pese a un esperanzador final que traicionaba el espíritu del texto original.

Últimas adaptaciones

Algo que también hace “The Box” (2009), la última película de Richard Kelly, donde un matrimonio se encuentra con un terrible dilema: si aprieta el botón de una extraña caja negra ganará un millón de dólares, aunque ello conlleve que una persona muera. El creador de “Donnie Darko” se pierde en un guión confuso en el que la curiosa moraleja del cuento original, “Botón, botón”, queda diluida en una ridícula trama de ciencia-ficción con ínfulas. Hasta el momento son las últimas adaptaciones al cine de la obra de Matheson, aunque no serán las últimas: ya se encuentran en desarrollo una precuela de “Soy Leyenda” y una nueva versión de “El increíble hombre menguante”. Vamos, que la sombra cinematográfica de Matheson, repasada brevemente en este artículo, promete perseguirnos durante los próximos años.

Mostrar comentarios