La Tomatina de Buñol: ¿es ético desperdiciar alimentos?

  • Pese a ser una de las fiestas más reconocidas y populares a nivel nacional e internacional, son muchos los que critican el derroche que suponen los más de 120.000 kilos de tomates que se usan en la celebración. ¿Es ético tirar la comida por diversión?
A la espera de la tomatina
A la espera de la tomatina

La Tomatina de Buñol está considerada como Fiesta de Interés Turístico Internacional, y no es para menos. Más de 40.000 personas, entre las que se encuentran muchos extranjeros como japoneses, coreanos, australianos y estadounidenses; asistirán a una de las fiestas más populares del verano.

El origen se remonta a los años cuarenta, cuando un altercado entre vecinos originó una batalla de verduras y hortalizas. Cada año se repetía la misma escena, lo que derivó en detenciones e incluso su prohibición. Pero la costumbre consiguió arraigar y en 1957 se volvió a permitir y se instauró como fiesta oficial.

El atractivo turístico que supone la Tomatina es evidente. Según una encuesta, un 15% de los estadounidenses vendría a España solo para asistir a esta fiesta. El porcentaje de los que estaría dispuesto a visitar España sube hasta el 80% si hablamos de las fiestas populares de todo el país.

Pese a que los los gastos de organización son elevados (hay que preparar dispositivos de seguridad y limpieza) al pueblo parece salirle rentable. Según el concejal de Comunicación del ayuntamiento de Buñol, Rafael Pérez, los beneficios económicos para el pueblo son sustanciosos, unos 300.000€ según un estudio. A esto hay que sumarle no solo el impacto turístico que tiene Buñol en el extranjero, sino España entera.

¿Es ético desperdiciar comida?

El debate sobre si es ético desperdiciar toneladas de tomates para la celebración de la fiesta es tan antiguo como la fiesta misma, pero este año se ha intensificado debido a la crisis económica y la situación de muchas familias que recurren a los bancos de alimentos. Al respecto se ha pronunciado José Antonio Busto, el presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL).

"Desde el punto de vista del Banco de Alimentos, esta fiesta es un despilfarro. No tiene sentido producir comida para luego tirarla", afirma.

Cada año se utilizan unos cinco camiones de carga llenos de tomates (unos 120.000 kilos), que este año proveerá una cooperativa agrícola de Moncofa, en Castellón. Ante la cantidad de alimentos que se usa, muchos se preguntan por qué no usarla para el consumo humano dada la actual situación de necesidad en muchas zonas de España.

"Estamos destruyendo un bien, utilizable por la gente que necesita alimentos. El lema de la FESBAL es: 'contra la pobreza y el despilfarro', y aunque esto sea económicamente rentable, sigue siendo un despilfarro, y estamos en contra", afirma Busto.

Las críticas a esta fiesta no se centran tanto en la cuestión económica, sino en laética y ecológica. Se están desperdiciando toneladas de tomate cuando muchos bancos de alimentos tienen escasez de ídem, y su producción supone un impacto ecológico negativo. Según la FAO, se necesitan 13 litros de agua para producir un solo tomate.

"El cultivo y distribución de los alimentos consume agua, electricidad y efectos nocivos como la creación de CO2", explica José Antonio Busto.

El debate continuará, porque no es probable que el ayuntamiento de Buñol renuncie a esta celebración, que pone a este pequeño pueblo valenciano en la mira de los medios de comunicación de medio mundo.

Sigue @josebasolano

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