Las anécdotas jamás contadas de Lady Di: la princesa cumpliría 58 años este lunes

  • Además, también se cumplen 25 años de su divorcio del príncipe Carlos, lo que le obligó a modificar su vida y reinventarse.
Lady Di
Lady Di

Este lunes 1 de julio, una de las princesas más icónicas que ha habido y cuyo recuerdo sigue imborrable a pesar del paso de los años cumpliría 58 años. Hablamos de Diana de Gales, una mujer cuya y vida y muerte han dejado una profunda huella en la sociedad, sobre todo en la británica, donde se le sigue teniendo una profunda devoción. Gracias a sus dos hijos, William y Harry, su legado sigue vivo, además de continuar siendo un icono de estilo que sirve de inspiración a numerosos diseñadores hoy en día.

Precisamente, su aniversario se une a otra fecha importante, la de su divorcio del príncipe Carlos de Gales. Justamente ahora haría 25 años de su polémica separación, con infidelidades y acusaciones de por medio, las cuales dieron muchos disgustos a Isabel II. Por ello, en estos días se conocen novedades en torno a la vida de Diana una vez empezó su vida en solitario con sus dos hijos.

El diario británico 'Daily Mail' ha recopilado una serie de testimonios que muestran el lado más desconocido de la princesa como madre. Anécdotas contadas por personas que formaron parte de su personal o que fueron amigos de ella, las cuales dan unas pinceladas de su carácter peculiar y del amor que tenía a sus hijos.

Por ejemplo, una noche se disparó la alarma de incendios en su casa y el personal empezó a evacuarla ante el evidente riesgo. Así, Harry fue a buscar a su madre para que salieran inmediatamente de allí, pero la encontró en el baño poniéndose máscara de pestañas. "Vamos mamá, ¡vamos a quemarnos!", le dijo el entonces pequeño príncipe, a lo que ella respondió, "Dame un minuto y voy". Harry se quedó perplejo ante el comportamiento de su madre en una situación así, pero ella después le explicó la razón: "Harry, en unos minutos iba a tener dos docenas de bomberos en mi jardín delantero. No iba a salir a la calle sin la máscara de pestañas", le confesó a su hijo.

Uno de sus chefs, Darren McGrady, narra cómo eran las comidas en el Palacio de Kensigton. Cuando tenía invitados, dejaba a William y Harry que comieran con ellos, pero si estaban solos comían en el comedor con todos los platos ya dentro para evitar que el servicio andase entrando y saliendo, de forma que pudieran comer los tres solos a gusto. Incluso les dejaba comer a veces en el despacho de su padre y jugar a la PlayStation, "ya que quería que fueran niños normales".

En este sentido, Carola Brown, quien fuera su entrenadora personal, narra que una vez llevó a William y Harry a una tienda de artículos de broma y les compró bombas fétidas. Los chicos tiraron una en el despacho de su padre, lo que le provocó un gran enfado, mientras Diana no podía parar de reír. 

A la hora de criar a sus hijos, uno de sus exguardaespaldas, Ken Wharfe, cuenta que intentaba estar con ellos todo el tiempo posible y, si no estaba en el extranjero de visita, no comenzaba su agenda diaria hasta las 9.30 de la mañana, una vez les había llevado al colegio. Igual hacía por las noches, intentando llegar a casa lo antes posible para estar con ellos cuando acabaran las clases. Para Diana, lo importante era que sus hijos fueran "normales", de ahí que les alentara a que se relacionaran con otros niños y quedaran con ellos.

"Nunca tomaba el té"

Su antiguo chef también cuenta que Lady Di no seguía esa norma no escrita que es sagrada para muchos británicos, la hora del té. "Nunca comía tarta ni tomaba té por las tardes, en su lugar tomaba fruta", asegura. De hecho, nunca compraba tartas a sus hijos por su cumpleaños, aunque una vez hizo una divertida excepción.

Cuando William cumplió 13 años encargó un pastel para él. Cuando el cocinero llegó a palacio y lo vio corrió escandalizado al mayordomo para pregutarle quién había comprado una tarta con la forma de dos pechos y pezones. "Ha sido la princesa, el príncipe ha llegado a la adolescencia", le contestó.

El exguardaespaldas recuerda cómo el personal del Palacio de Kensington era parte de la familia, algo que era muy importante para Diana. "Ella creía que todos desempeñaban un papel importante en la educación de sus hijos. Eso valió la pena", asegura Ken Wharfe, quien rememora las risas y bromas que se hacia con los niños, desde que eran muy pequeños.

Según estos ex colaboradores de Diana, ella siempre decía que William era más sensible y estudioso, mientras que Harry era el impulsivo y el creativo, mucho más parecido a ella. Algo que con el paso de los años se ha ido demostrando, pues los duques han tenido una trayectoria así, aunque ahora cumplen con sus funciones como padres de familia y representantes de la corona británica.

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