Lamela asegura que trasvases como el Tajo-Segura son un "desatino retrógrado"

  • Los trasvases como el Tajo-Segura son un "desatino" que crean "una dependencia hídrica retrógrada" e innecesaria, en un momento en el que "no sobra agua en ninguna cuenca" y las nuevas técnicas de desalación pueden satisfacer la demanda, ha asegurado a Efe el arquitecto Antonio Lamela.

Madrid, 26 sep.- Los trasvases como el Tajo-Segura son un "desatino" que crean "una dependencia hídrica retrógrada" e innecesaria, en un momento en el que "no sobra agua en ninguna cuenca" y las nuevas técnicas de desalación pueden satisfacer la demanda, ha asegurado a Efe el arquitecto Antonio Lamela.

Este doctor en Arquitectura, Urbanismo y planificación del territorio acaba de publicar "El agua en España. Nuevos lagos sustentables" (Lid editorial) donde analiza la política hídrica española y apuesta por un uso intensivo de las desaladoras y una gestión racional de los acuíferos subterráneos para evitar las "hipotecas económicas, políticas y medioambientales" de los trasvases.

"Pretender vivir del agua ajena es un error, cuando tenemos la suerte de tener dos Españas, una verde y otra menos verde, con todos los ecosistemas y riqueza asociados que los países de la llamada 'Europa húmeda' no poseen", ha argumentado, para defender a continuación que cada región española debe ser autosuficiente en esta materia.

En su opinión, la llamada "España seca" posee medios suficientes para "no depender ni de las nubes ni de los trasvases, pero desgraciadamente no han sabido entender que tienen el futuro en sus manos".

Lamela cree que "se disfraza de supuesta solidaridad" lo que es "una auténtica situación de dependencia hídrica retrógrada que además genera conflictos" provocados por intereses políticos y advierte de que "el agua trasvasada puede estar más contaminada y ser más salina, rayando los límites de inadmisibilidad, que el agua desalada bien tratada..., y por supuesto, que la procedente de acuíferos subterráneos inmediatos" que no se utilizan debidamente.

Desestima el argumento de que el agua de trasvase sea más barata pues la comparación con la desalada "no se hace de forma rigurosa", al "no considerar ni amortizaciones, ni costes medioambientales" y "además se obvia el continuo progreso de las técnicas desaladoras en las que España es líder mundial".

"Si conociéramos el precio real que se paga por el agua trasvasada desde el Tajo al sureste español no saldríamos del asombro pues cada gota sale a precio de oro", afirma rotundamente.

Y ello sin contar con la degradación del Tajo, porque "el que otrora fue un gran río ahora se ha convertido en un pequeño colector de desagües de diferentes poblaciones".

Por ello aboga por terminar con los trasvases implantando la desalación "a gran escala" ya que las nuevas técnicas permiten obtener agua "tan pura que no se puede usar directamente para uso humano, lo que obliga a incluir añadidos que faciliten su potabilización".

Lejos de ser un problema, esto "es una ventaja porque podemos enriquecer ese agua según el destino al que queramos destinarla".

Lamela clama por un pacto del agua realizable por fases y etapas y coordinado con la UE, que permitiera entre otras cosas la transformación de embalses como los de Entrepeñas y Buendía en lagos artificiales para potenciar el desarrollo humano y económico.

"Un ejemplo de cómo hacer bien las cosas es lo sucedido con la mina de As Pontes en Galicia", apunta, donde el paisaje "muerto e ingrato" de una mina abandonada fue transformado entre 2006 y 2011 en un "lago con gran riqueza, aparte de la belleza del lugar".

Un factor importante para resolver el problema del agua es "el exceso de politización, con minúsculas y entrecomillado," porque las autoridades "no practican las políticas adecuadas, con mayúscula, en beneficio de la sociedad sino de intereses de partido e incluso personales" y "de ahí viene la separación brutal, cada día mayor, de los ciudadanos respecto a sus gobernantes".

Lamela apuesta por la formación ciudadana, algo a lo que en España "somos total y absolutamente insensibles desde hace mucho tiempo, pero es urgente aumentar la educación medioambiental, política..., de todos los españoles".

Y diferencia la crisis de la puntual recesión económica, pues "afortunadamente estamos en crisis constante..., si no fuera así, aún viviríamos en el Paleolítico".

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