Las fotos que Luis Buñuel habría colgado en su Facebook

Una fotografía es como un trozo de recuerdo que resume y expande una vida. Cuando se suman casi un centenar de instantáneas, las fotos se convierten casi en una biografía de imágenes póstumas. Más aún si hablamos de Luis Buñuel, el mejor director del cine español del siglo XX.

Observen si no, esta fotografía. En ella, aparece un jovencísimo Luis Buñuel (Calanda, Teruel, 1900 - Ciudad de México, 1983), de pelo engominado, portando una pizarra o claqueta con el número 129. Es la imagen que ponía punto y final a su primera película, "Un perro andaluz".

En una tablilla contigua a la foto se lee que su madre le prestó parte del dinero para rodar "Un perro andaluz", y la otra parte la aportó Juan Vicens, tras ganar la lotería. O cómo, después de que el matrimonio Vicens fuera fusilado en la Guerra Civil, el padre de Buñuel canceló la deuda con la hija de los difuntos, allá por los años 60, tras vender la película.

Ésta y el resto de instantánea se pueden visitar hasta el 25 de octubre en la exposición "Álbum fotográfico de la familia Buñuel", sita en Casa América de Madrid, y que da el pistoletazo de salida de lo que serán los eventos del Vivamérica 2009.

Vanguardista, original, provocador e iconoclasta, Buñuel, si estuviera vivo, haría uso y disfrute de las redes sociales para promover su obra. ¿Y por qué no compartir estás fotos? Seguramente, las colgaría en su propio Facebook o en su Flickr personal.

Ya por 1982, publicaba junto con Jean Cluade Carrière una autobiofrafía titulada "Mi último suspiro" en que daba testimonio de sus peripecias adolescentes, su contacto con los principales precursores de la generación del 27 y su producción cinematográfica en México y Francia. Muchos de estos textos son ahora pie de fotos de esta exposición, que en cada imagen nos enseña la muesca de su biografía.

Cada fotografía nos arrima a las distintas épocas por donde transitó Buñuel, autor de películas inolvidables, como "Viridiana" o "El ángel exterminador". Desde su amistad con Federico García Lorca y Salvador Dalí en la Residencia de Estudiantes de Madrid ("Ellos me enseñaron a mirar de otra forma") hasta las tertulias convocadas por Ramón Gómez de la Serna, maestro de greguerías, en el viejo Café Pombo.

O la foto generacional del 27 en la última y multitudinaria cena de los intelectuales de la época antes del estallido de la Guerra Civil. Incluso podemos ver a Buñuel, flanqueado por dos jovencísimos cineastas, Carlos Saura y Luis García Berlanga. Y a Carlos Fuentes y a Marco Ferreri…

Si bien estas imágenes en blanco y negro nos desvelan recuerdos congelados de su infancia, fotos de familia de sus padres, amigos, colegas y admiradores, también es cierto que los pies de fotos no están exentos de cierto sarcasmo.

Por ejemplo, regresemos a la primera instantánea, con Buñuel poniendo punto y final a "Un perro andaluz". La tabilla nos informa de que, por mucho que se empeñen algunos críticos en destripar su obra, no es arte todo lo que parece, sino, a menudo, improvisación.

En concreto, sobre la famosa corbata a rayas de `Un perro andaluz´, que los críticos cargaban de cierto simbolismo, Buñuel nos confiesa, a pie de foto, que, en realidad, debería haber sido de líneas oblicuas, pero que la corbata que salió finalmente en la película era la que habían encontrado en una tienda cercana a las localizaciones del rodaje.

¡Ojo! Tampoco habría que perderse el retrato de sí misma que una bisoña actriz llamada Rommy Schneider le envía a Buñuel, adjuntando una consiguiente súplica o solicitud de trabajo: "Luis, no tengo ninguna foto mejor. Espero que me llame. ¡Todo por usted!".

¿Publicaría Luis Buñuel también estas cartas en su muro de Facebook? Nunca lo sabremos.