Leon dice "lo último que necesitamos son más dioses, ya tenemos más que suficientes

  • Madrid.-Nada ni nadie es lo que parece y, lo que es más importante, lo que pasa tiene causas muy diferentes a lo que se cuenta. Palabra de Donna Leon que, en su último libro, "Cuestión de fe", le ajusta las cuentas a los "adivinadores" de la "tele", predicadores de un "dios" que engancha cada vez a más feligreses.

Leon dice "lo último que necesitamos son más dioses, ya tenemos más que suficientes
Leon dice "lo último que necesitamos son más dioses, ya tenemos más que suficientes

Madrid.-Nada ni nadie es lo que parece y, lo que es más importante, lo que pasa tiene causas muy diferentes a lo que se cuenta. Palabra de Donna Leon que, en su último libro, "Cuestión de fe", le ajusta las cuentas a los "adivinadores" de la "tele", predicadores de un "dios" que engancha cada vez a más feligreses.

Hordas de turistas armados hasta los dientes con cámaras y bolsas, precios desorbitados, corruptelas y una humedad sofocante... esa es la Venecia que la legión de lectores que tiene Leon en todo el mundo "vislumbra" a través de su comisario, el "normalísimo" Guido Brunetti, la réplica del taciturno Wallander de Henning Mankell o el cachazudo Montalbano de Andrea Camilleri.

Entonces, ¿por qué vive ella, una norteamericana de New Jersey, desde 1981 en la ciudad de los canales?, pues porque "todo es precioso" y porque, remata con fina ironía en una entrevista con Efe, "si te gustan los retos" ese es "tu sitio".

"Es un lugar donde constantemente se ponen a prueba tus límites físicos, pero también -y lo dice con mayúsculas- es poco ruidosa y la vida es lenta y fácil" y por eso, porque quiere que lo siga siendo para ella, se resiste a que la traduzcan al italiano.

Leon (1942) sostiene que no es sólo en su imaginación de "fanática del asesinato", un "arte" al que dedica un libro al año, donde nunca nada ni nadie es lo que parece.

"Las cosas y la gente son diferentes, mucho, de lo que pretenden ser y, lo que es más importante aún, todo lo que sucede tiene a menudo muy diferentes causas de las que decimos".

Por eso, Brunetti debe siempre "perforar" para descubrir los datos que necesita en sus investigaciones porque nunca están donde aparentan, ni siquiera tras la fachada, como si ser veneciano significara nacer con uno de esos disfraces que lucen en carnavales.

"Creo que muchos de nosotros aprendemos a llevar máscaras la mayor parte de nuestras vidas. Somos educados con la gente que no nos gusta, obedecemos normas de gente que no respetamos, hacemos cosas que no nos apetece sólo porque son las que se consideran correctas... pero no creo que eso sea una peculiaridad ni de Venecia ni de Italia", resuelve.

Para que la realidad no le confunda, Brunetti "echa mano" siempre de la secretaria de su impostado e inútil jefe, la signorina Elletra, tan diestra, o más, en navegar por internet para encontrar lo que la gente se empeña en ocultar, una maestría que recuerda a la de la Lisbeth Salander del sueco Larsson.

"Encuentro la comparación ofensiva para la signorina Elettra, porque ella no es violenta, ni su motivación fundamental en la vida es la venganza. Por lo que yo la conozco -bromea- no ve el sexo como una agresión y tiene un sentido ético que es reconocible por mucha gente, además de un sutil sentido de la ironía y el humor".

"Cuestión de fe" (Seix Barral), su libro "negro" número 20, enreda un asesinato en el que vuelven a aparecer las oscuras tramas de poder que tan caras le son, con un asunto "doméstico" protagonizado por los "charlatanes" y "adivinadores" que aparecen echando las cartas, o haciendo cualquier otro "sortilegio", en la televisión.

"Creo que los adivinadores son los nuevos predicadores de esta era. Encuentro pocas diferencias entre lo que unos y otros hacen. La gente necesita algo en lo que creer, y lo encuentran en los charlatanes de uno y otro tipo pero lo último que necesitamos es más dioses: tenemos más que suficientes", subraya.

Además de a su pasión por "matar gente" Leon dedica una gran energía al grupo de música de cámara que ha fundado en la Toscana, Il Complesso Barocco, con el que tiene previsto viajar a Madrid para dar una serie de conciertos en colegios.

A pesar de iniciativas tan "cultas" como esa, Leon no es nada optimista sobre la expansión de la "alta cultura" en la sociedad, pero, confiesa, la verdad es que no es "demasiado optimista sobre nada".

Concha Barrigós.

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