Una obra de Ana Aparicio Cillán y Eduardo Cimadevilla

Un libro conmemora el aniversario de la 'Movida', pero... ¿celebra sus 40 años?

Paloma Chamorro llevando la movida madrileña al Estudio 1 de Prado del Rey.
Paloma Chamorro llevando la movida madrileña al Estudio 1 de Prado del Rey.

¿Fue el concierto homenaje al fallecido Canito, batería seminal de Los Secretos, el origen de la Movida madrileña? Numerosas crónicas de la época así lo registraron para hacer de este evento un acontecimiento doblemente histórico del que mañana se cumplen 40 años, con el debate aún activo sobre su papel. José Enrique Cano Leal, alias Canito, formaba parte junto a los hermanos Urquijo de una banda de pop llamada Tos que, impregnada de las primeras grabaciones anglosajonas que se filtraron por fin a la España de la Transición, comenzó a componer sus propios temas en castellano, como el emblemático "Déjame".

Víctima de un mortal accidente de tráfico un 3 de enero de 1980, diversas bandas que pertenecían a la efervescencia musical del momento, como Nacha Pop, Alaska y Los Pegamoides, Mamá o Mermelada, se reunieron el 9 de febrero de 1980 para ofrecer un concierto en su homenaje en la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid. Ante el redondo aniversario de aquel acontecimiento, que cobró gran repercusión al ser retransmitido por la segunda cadena de TVE, esta misma semana se ha presentado el libro "La movida madrileña" (Tébar Flores), obra de Ana Aparicio Cillán y el fotógrafo Eduardo Cimadevilla Niño.

Sus instantáneas de la efervescencia musical del momento, "relegadas en aquella época por haber sido plasmadas en blanco y negro" (el color del franquismo) y olvidadas en archivos desde entonces, se convierten casi cuatro décadas después en el eje de esta obra y sirven para dar voz a músicos de aquella ola que no tuvieron la proyección de las "big stars". Porque más allá de Radio Futura, Ilegales o Gabinete Caligari, la Movida madrileña se nutrió de artistas y formaciones como Los Seres Vacíos, La Mode, La Broma de Ssatán... testigos de "un lustro mágico" que aún tienen algo que aportar sobre la génesis (y también el final) de aquel movimiento que sigue dando de qué hablar.

"La conclusión que sacamos tras entrevistar a todos los músicos es que ellos nunca hablan de ese concierto; hablan sobre todo de 1977 y 1978, cuando empiezan a llegar las influencias británicas, sobre todo Sex Pistols o The Clash", apunta Aparicio, encargada de recoger los testimonios incluidos en la obra. Así se cuenta desde la misma introducción, que se hace eco del movimiento musical previo a la Movida denominado el Rollo, al que pertenecían bandas de rock urbano y metal como Leño, Ñu, Cucharada o Asfalto.

"No se puede extrapolar el homenaje a Canito si no se habla antes de todo el 'underground' madrileño y lo que ocurrió a finales de los 70, además de toda la infraestructura que recogimos de gente como Miguel Ríos o de Leño a la hora de ponerse en carretera", puntualiza Juan Valmorisco, exintegrante de PVP. Chapa Discos, el sello discográfico que aglutinó la mayor parte de los lanzamientos de aquel rock urbano, fue también el responsable de lanzar el primer EP de Kaka de Luxe, formación pionera de la Movida que estaba integrada por algunos de sus grandes embajadores posteriores, como Alaska, Nacho Canut, Carlos Berlanga y Enrique Sierra.

En paralelo, muchos otros grupos se aventuraban con la autoedición de sus discos, dando lugar a una serie de sellos independientes fundamentales en la multiplicación de referencias de aquel sonido nuevo (véase Aviador Dro, que fundó la mítica compañía DRO). Una de aquellas emprendedoras fue Ana Curra, creadora junto a otros compañeros del sello Tres Cipreses. "La Movida nació en los años 79-80; se solapó con el 'undreground' madrileño, concretamente en El Pentagrama y el Drugstore de Fuencarral, que era el sitio noctámbulo por excelencia y estaba abierto toda la noche, con Burning como habituales", narra en el citado libro.

¿Cuál fue entonces la importancia estratégica dada al concierto dedicado a Canito? "Fue cuando las televisiones y los grandes medios se hicieron eco por primera vez del movimiento", opina Manuel Recio "Patacho", histórico miembro de Glutamato Ye-Yé. De hecho, el proceso de gestación de la Movida madrileña, huérfana de un circuito de salas propiamente dicho (conciertos como el de Canito se celebraban en colegios mayores y centros culturales) no tomará toda su forma hasta un año después, en 1981, con la apertura de RockOla.

Incluso varios de los entrevistados, como Javier Ojeda (Danza Invisible), coinciden en dar otra fecha simbólica como arranque de la Movida madrileña, la publicación también en 1980 de "Música moderna", debut discográfico de Radio Futura.

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