El escritor y cineasta Philippe Claudel repasa su vida íntima en "Aromas"

  • Catalina Guerrero.

Catalina Guerrero.

Madrid, 4 may.- Sustituyó en 2012 a Jorge Semprún, "un personaje del siglo XX", en el jurado de la Academia Goncourt, algo "importante y emotivo" para Philippe Claudel, que publica en español "Aromas", una autobiografía en la que el escritor y cineasta francés se "desnuda" con los principales recuerdos olfativos de su vida.

"Discreto" por naturaleza y con tendencia a "esconderse" tras sus obras literarias o cinematográficas, Claudel (Nancy, 1962) sintió el deseo de hacer una "colección" de los olores que habían marcado su vida al cumplir el medio siglo de existencia.

Con un olfato muy desarrollado desde la infancia, el autor de "Almas grises" (Premio Renaudot 2003) no tenía de partida la intención de contar su vida al tratar de guardar metafóricamente en "frascos de perfumes" los aromas impresos en su memoria.

"El perfume tiene ese poder de hacer remontar el tiempo de forma extremadamente rápida e intensa", asegura Claudel a Efe en una entrevista telefónica desde Dombasle-sur-Meurthe, un pequeño pueblo de la región francesa de Lorena donde nació en 1962 y donde aún reside, pues siente un "gran apego" por esa tierra, por su naturaleza y olores.

Elaborada al cumplir 50 años, en ese momento de la vida "en que uno hace balance, se pregunta quién es, qué ha dejado detrás, cómo ha llegado hasta donde está, cómo se relaciona con los demás y con el mundo", la lista de Claudel la formaban un centenar de aromas.

Al final se quedó con 63 y los ordenó alfabéticamente para su publicación. Así, los textos que los evocan parten de "Abeto", "Acacia" y "Aftershave" para acabar su rememoración en "Vejez", "Verdura" y "Viaje".

"Cada letra tiene un aroma; cada verbo, una fragancia. Cada palabra trae al recuerdo un lugar y sus olores. Y el texto que tejemos poco a poco, al azar duplicado del alfabeto y la memoria, se convierte en el maravilloso y perfumado río, mil veces ramificado, de nuestra vida soñada, de nuestra vida vivida, de nuestra vida por vivir, que nos lleva y al mismo tiempo nos revela", escribe Claudel.

Y es que, aunque escritos en prosa, los textos que componen "Aromas" (Salamandra) tienen una fuerte carga poética. No en vano, afirma, los versos de Baudelaire siempre le acompañan, "como un vademécum más útil que cualquier guía de viaje".

Su particular viaje le transporta al mundo de la infancia a través del tónico de después de afeitarse de su padre, de la crema solar de su madre, del jersey de su tío, de la cocina de su abuela o de la canela de los pasteles, de las sábanas limpias o del heno del campo, del establo o de la tinta de su pluma escolar.

Pero también continúa su trayecto olfativo por la adolescencia con el olor de las primeras fiestas en los garajes, el aroma de las cabelleras de sus primeras novias, de los gimnasios o de los cigarrillos de las marcas francesas gitanes o gauloises.

Para finalizar en la madurez con el "irresistible" aroma del sexo femenino, con el perfume a "carne tierna, cremas y talco" de su hija dormida cuando era bebé o del olor de las prisiones, adonde fue durante doce años (1988-2000) para impartir clases, al margen de su trabajó como profesor de escritura de guión en el Instituto Europeo del Cine y del Audiovisual de la Universidad de Lorena.

Para Claudel, su experiencia en las prisiones fue fundamental para su "descubrimiento de la complejidad humana" y para su obra. Muchos de sus libros, asegura, no existirían si no hubiese conocido a hombres y mujeres que "tuvieron experiencias increíbles y que atravesaron esa frontera muy fina entre el bien y el mal".

Libros como "Almas grises", "La nieta del señor Linh", ambas llevadas al cine, o "El informe Broderck" (Premio Goncourt de los Estudiantes 2007), así como "Le petites mecaniques" (Premio Goncourt de novela 2003) y "J'Abandonne" (Premio France Télévision 2000).

Una huella que también está en "Hace mucho que te quiero" (2008), su exitosa y premiada ópera prima cinematográfica (dos Cesar y un Bafta), protagonizada por Kristin Scott Thomas, en la que trata la reinserción de una mujer tras pasar 15 años en prisión.

Su segundo filme "Silencio de amor" (2011) supuso su incursión en la comedia y ahora acaba de terminar el rodaje de "Avant l'hiver", también con un guión original suyo y con Scott Thomas y Daniel Auteil como protagonistas. También es autor de dos obras de teatro.

La fidelidad a las personas ("Llevó casado con la misma mujer desde hace 30 años") y a los lugares que ama, así como su tendencia a la observación ("Soy un gran contemplativo") son rasgos del carácter de Claudel, quien invita a los lectores a "revisitar" sus vidas con su propia lista de aromas. "La felicidad, el bienestar está en las cosas cotidianas, en las cosas pequeñas", asegura.

Y, cuando muera, la última voluntad de este prolífico autor de una treintena de libros es que le entierren frente al hogar de su infancia. El olor a tierra es otra de sus debilidades.

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