Gabriel García Márquez, el creador del mágico Macondo

  • 'Cien años de soledad', la novela que todo autor busca durante toda una vida, una novela que tiene una génesis y una leyenda.
Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez
Raúl Arias

Era 1965 y García Márquez ya había publicado cuatro novelas, entre ellas 'El coronel no tiene quien le escriba'. Cuenta la leyenda que Gabriel García Márquez conducía su Opel blanco dirección Acapulco para pasar allí sus vacaciones. Durante el trayecto, le asaltó una frase que lo catapultaría al Olimpo de la literatura:"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".

El escritor colombiano frenó el coche. Dio la vuelta y convenció a su mujer Mercedes. Tenía que escribir urgentemente lo que primero intentó titular como La casa grande y luego fue Cien años de soledad.

Desde aquella epifanía o revelación, Gabriel García Márquez decidió escribir durante 18 meses una novela que persiguió durante años. Sin darse cuenta de que la tenía dentro desde siempre. Macondo es su Aracataca natal, sus recuerdos, sus leyendas, sus vivencias infantiles.

"Es difícil que haya una línea en alguno de mis libros que no tenga su origen en mi infancia. Durante los primeros ocho años de mi vida tuve las experiencias que elaboré en mi literatura", dijo Gabriel García Márquez en una entrevista.

Abandonó así su trabajo para dedicarse a pergeñar Cien años… Cada día escribía en un cuartito, enfundado en un mono de mecánico. El escritor colombiano trabajó en una narración que crecía desde aquella primera frase.

Terminó 1.400 páginas. Las redujo a 400 y 20 capítulos. Su mujer compraba víveres a crédito. Vendieron el Opel. Empeñaron también gran parte de sus cosas. Gabriel García Márquez, finalmente, terminó la saga de la familia Buendía 18 meses después.

Envió por correo el manuscrito a la editorial en dos paquetes. Carecía de dinero para una única entrega. La novela se publicaría en Argentina con una tirada de 8.000 ejemplares. Hoy, está traducida a más de 35 idiomas.

"Muchos años después…", el comienzo de Cien años de Soledad, nos suena a cuento infantil, a un érase una vez… Macondo. No obstante, para adentrarnos en ese lugar donde las cosas aún no tenían nombre y había que señalarlas, el escritor tuvo que acometer un binomio fantástico.

El "hielo" y un "pelotón de fusilamiento" son significados ajenos que, cuando se juntan, nos abren una puerta a un mundo mágico, ese Macondo terriblemente literario.

Así, García Márquez trasladó, en este inicio novelesco, lo mejor de la narración oral (la literatura visual) y lo mejor de los antiguos folletines decimonónicos (finales de capítulos en clímax para engancharnos a la lectura del siguiente).

Es una narración casi bíblica, con fuertes influencias de William Faulkner, pero sin Faulkner. Cien años… no es una novela del sur de EE UU, es una novela sobre lo conocido en la infancia por Gabriel García Márquez en su Aracataca natal. Es la historia de la familia Buendía a lo largo del nacimiento de Macondo hasta su destrucción y durante siete generaciones. De la nada a la nada, a la terrible soledad.

Sin embargo, siempre nos quedará leer cómo nació y pereció esa aldea ya mitológica que la convierte en un lugar tan real y tan mágico, un lugar que durará en nuestra memoria otros cien años; pero, desde hoy, serán años de soledad.

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