Barcelona, 20 oct.- La enciclopedia El Pequeño Larousse ha cumplido sus primeros cien años en España, desde que Le Petit Larousse Illustré saltó los Pirineos y se convirtió en una obra básica de consulta.
La centenaria enciclopedia es un diccionario de lengua española complementado con un diccionario enciclopédico y con unas páginas de color rosa, a modo de separación de ambos cuerpos, en las que se suceden refranes, latinismos, frases célebres.
De España saltó a América Latina, donde se convirtió también en un referente, han remarcado hoy los editores de Salvat.
Para conmemorar el centenario, Salvat ha publicado una edición especial de El Pequeño Larousse, que "recupera en cierta medida el aspecto de las obras de referencia, con materiales que entroncan con aquella primera edición en español".
Además, han confiado el diseño a un maestro de la tipografía y bibliófilo declarado, el escritor Andrés Trapiello, quien ha reinterpretado el histórico logo de la sembradora y ha actualizado el lema de la casa: "Yo siembro en el viento".
Para completar este volumen de coleccionista, los editores han incluido algunos guiños que enlazan con El Pequeño Larousse de hace un siglo: las guardas recuperan las banderas vigentes a principios del siglo XX, y reservan un espacio para los mapas de Europa y del mundo, tal como eran entonces, con imperios desvanecidos y estados que han recuperado su estatus después de un siglo convulso.
Los tradicionales encartes, que cada año varían para mostrar la actualidad, están dedicados en esta ocasión a la evolución de las palabras durante los últimos 100 años.
Se recogen opiniones que El Pequeño Larousse ha suscitado a escritores de todo el mundo como Borges, Cortázar, Monterroso, Azorín, Cruz Varela, Galeano, Carpentier o Tabucchi. EFE.
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