Un libro revela cómo Nápoles sedujo a España a través del arte y la cultura

  • José Luis Picón.

José Luis Picón.

Málaga, 2 feb.- Los tratados de Historia cuentan que España conquistó Nápoles, pero al mismo tiempo también se produjo otra conquista, y es que el sur de Italia sedujo a España a través del arte y la cultura y dejó una huella que todavía perdura en un rico patrimonio, como revela un libro de José Vicente Quirante Rives.

"España, en esos siglos, era una potencia militar que asombraba a Europa, pero Nápoles era la cuna de escultores y pintores maravillosos, y España se benefició de eso", ha afirmado en una entrevista con Efe el autor de "Viaje napolitano por España", publicado por la editorial Confluencias.

Ejemplo de ello es Luca Giordano, que al servicio de Carlos II pasó "diez años portentosos decorando los lugares más simbólicos de la monarquía, como El Escorial, el Casón del Buen Retiro, el Monasterio de Guadalupe o varias iglesias en Madrid".

Quirante es un apasionado del sur de Italia que fundó una editorial especializada en la narrativa de esa región, durante cinco años dirigió el Instituto Cervantes de Nápoles y publicó un libro con diez itinerarios por esa ciudad en los que contaba su patrimonio histórico vinculado con España.

"Hubo una seducción. Muchos virreyes llegaban a Nápoles con una cierta tosquedad y era allí donde se refinaban y adquirían un gusto artístico. Por ejemplo, el conde duque de Benavente tenía relación con Caravaggio y le compraba cuadros, y Medinaceli le compraba obras a Ribera mientras trabajaba en Nápoles".

La obra tiene "un aire de libro de viajes más que de una obra propia de un historiador o un historiador del arte, y un cierto carácter divulgativo para que el público general y no sólo el especializado se dé cuenta de ese patrimonio maravilloso que hay en España y que es fruto de una relación histórica muy intensa".

Además, el libro entiende el arte "en un sentido amplio", y no sólo limitado a la pintura, la escultura y la arquitectura, "porque por ejemplo en Madrid hay tableros hechos con lava del Vesubio que le regalaban al rey para sus habitaciones", y también ha incluido referencias a aspectos como la gastronomía.

"Cuando Nápoles ya no era española, un español se convirtió en su rey, quien sería después nuestro Carlos III, que llegó a ser rey de España tras haber pasado veinticinco años como rey de Nápoles, por lo que era casi más napolitano que español", ha explicado Quirante.

Por ello, "se trajo en su maleta muchas costumbres: comía pasta y le gustaban el vino de allí o las nueces del bosque de Capodimonte, en las afueras de Nápoles".

Muy aficionado al queso mozzarella, hizo traer a Madrid a las búfalas que producían la leche para poder seguir disfrutándolo, y también mandó que le enviaran los mismos faisanes que cazaba en una isla frente a Nápoles para criarlos y seguir cazándolos en España, en un viaje muy difícil en la época, en el que morían muchos animales, ha señalado a Efe el autor alicantino.

Para el lector, este viaje por España estará lleno de descubrimientos, porque no sólo habla del patrimonio que pervive en Madrid, "sino también en pueblos recónditos de Murcia o Alicante como Cocentaina, que tiene una iglesia barroca decorada con cuadros de Paolo de Matteis; Cehegín, cuya patrona es una escultura napolitana, o Monforte de Lemos, con relicarios napolitanos en un monasterio".

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