Llaguno toreó como matador y Escobedo cortó una oreja en La México

  • El novillero mexicano Juan Pablo Llaguno, sin cortar orejas por fallar con la espada, toreó como matador y sus compatriotas Luis Ignacio Escobedo cortó una oreja y Gabriel Sánchez "El Gaby" escuchó palmas, en la duodécima y última novillada de la temporada 2013 en la Monumental Plaza México.

México, 22 sep.- El novillero mexicano Juan Pablo Llaguno, sin cortar orejas por fallar con la espada, toreó como matador y sus compatriotas Luis Ignacio Escobedo cortó una oreja y Gabriel Sánchez "El Gaby" escuchó palmas, en la duodécima y última novillada de la temporada 2013 en la Monumental Plaza México.

Ante una entrada de unas cinco mil personas, en tarde agradable después de muchos días de intensas lluvias, se lidiaron seis novillos de El Vergel, bien presentados y que han dado buen juego en su conjunto. Destacó el primero, un novillo noble y de cristalino estilo que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Luis Ignacio Escobedo, con el soberbio primero, tuvo destellos, sin redondear el trasteo y mató de estocada. Cortó una oreja que paseó con alegría. En el cuarto, el menos potable, anduvo con deseos y mató rápido. Silencio.

"El Gaby", con defectos técnicos, solo dejó pasar a los novillos, sin tirar de ellos. En el segundo estuvo bien a secas, mató pronto y escuchó palmas. Con el quinto, que tenía más raza que sus hermanos de camada anduvo un tanto a la deriva, dejó destellos que no calaron y mató de estocada. División de opiniones.

Llaguno se mostró como un auténtico matador de toros preparado y con claras ideas de la difícil profesión, es elegante, tiene oficio y sabe andar en el ruedo; realizó dos faenas que dejaron constancia de estructuración, elegancia y buen gusto. Hubiera cortado tres orejas de no fallar con la espada. Saludó desde el tercio en el primero y ovación con aviso en el sexto.

Los subalternos Fernando García banderilleó espléndido al tercero y Gilberto Aragón por un buen par al sexto saludaron montera en mano y el picador César Morales escuchó gran ovación por el colosal puyazo al quinto.

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