Barcelona.- El productor Lluís Miñarro se ha desnudado a sí mismo y a su familia en "Familystrip", una película improvisada donde sus padres evocan sus vivencias desde el salón de su casa mientras posan para un pintor: "En las cuatro paredes de un comedor está la historia de España a pequeña escala", según Miñarro.
"No tenía otra pretensión que ser un regalo para mis padres", ha afirmado el director en rueda de prensa, que ha contado que siempre había querido tener un cuadro de sus padres y decidió regalárselo para conmemorar el 65 aniversario de su boda: "En la primera sesión me di cuenta de que sería interesante rodarlo porque hablaron mucho de sus cosas y de cosas que nos han afectado a todos".
Miñarro, que ha coproducido "Tío Boomee, que se acuerda de sus vidas anteriores", premiada con la Palma de Oro en Cannes, ha afirmado que la película no es política y elude "la cara negra del franquismo".
Así, el productor ha querido hacer "cine íntimo, doméstico y propio" donde "Il mondo" de Jimmy Fontana y Georges Moustaki suenen "en un dual de 45 revoluciones por minuto en el comedor de casa" mientras el matrimonio Miñarro evoca como él acabó en un campo de concentración gallego como represalia por haber luchado del lado republicano durante el franquismo.
El pintor Francesc Herrero, que se suicidó meses después de pintar el cuadro y al que está dedicada la película, va trazando los rasgos sobre el lienzo, el matrimonio olvida la presencia de la cámara y cuentan que se conocieron en una playa del Garraf, que ella creía que los hijos salían por el ombligo o que él trabajaba dos turnos seguidos y se levantaba a las tres de la madrugada para ir andando desde Horta hasta el puerto.
En la España franquista, "la mujer era la que mandaba en casa y el hombre era el instrumento de trabajo", ha explicado Miñarro, que ha recordado a su padre como "un gran ausente durante toda la semana", mientras que su madre llevaba la voz cantante en las tareas domésticas y la educación de los hijos.
Miñarro, que ha producido a directores como Marc Recha, Isabel Coixet o Albert Serra, ha optado por el blanco y negro para la película porque "el color del cuadro distrae" de la simplicidad que quería reflejar.
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