Londres dedica una retrospectiva a Richard Hamilton, pionero del pop-art

  • Londres.- Bastante menos conocido del gran público que Andy Warhol, Jasper Johns o Robert Rauschenberg, el británico Richard Hamilton (Londres, 1922), a quien la galería Serpentina de esta capital dedica a partir de mañana una exposición, es uno de los pioneros -si no el pionero por antonomasia- del pop-art.

Londres.- Bastante menos conocido del gran público que Andy Warhol, Jasper Johns o Robert Rauschenberg, el británico Richard Hamilton (Londres, 1922), a quien la galería Serpentina de esta capital dedica a partir de mañana una exposición, es uno de los pioneros -si no el pionero por antonomasia- del pop-art.

Su obra más icónica es la irónicamente titulada "Qué es lo que hace las casas de hoy tan diferentes, tan atractivas", que, muy ampliada, adornó la entrada a la exposición "This is Tomorrow" organizada por la galería londinense de vanguardia Whitechapel en 1956.

Se trata de un fotomontaje que muestra a una mujer desnuda sentada en un sofá con una pantalla de lámpara cónica a guisa de sombrero y a un "bodybuilder" que lleva en su mano un enorme chupa-chups con la palabra "Pop" en grandes letras, ambos rodeados de todo tipo de aparatos de la vida moderna: desde un televisor hasta una aspiradora.

Muchos la consideran la primera obra que se inscribe totalmente en el pop-art y no hay duda de que tuvo un impacto inmediato en otros famosos artistas británicos, sobre todo Peter Blake y David Hockney.

Hamilton definió en cierta ocasión el "pop art" como "popular, efímero, fungible, de bajo costo, producido en masa, ingenioso, sexy, efectista, glamoroso y big business".

Es un arte que utiliza con intención más o menos irónica, si bien a veces de modo acrítico, imágenes triviales de la cultura de masas: cómics, carteleras de cine, páginas de revista o publicidad.

En recientes declaraciones a la prensa, Hamilton recordaba algunas de sus obras formalmente más innovadoras de los años cincuenta, como "Homenaje a la Chrysler Corporation" o "Pin-up", y se quejaba de la incomprensión y la falta de apoyo de la crítica y de sus colegas de entonces.

Su influencia sobre otros artistas vendría más tarde, entre otras cosas, gracias a su labor docente en el Royal College of Art londinense.

La exposición que bajo el título de "La Moral Moderna Importa" dedica el 25 de abril la galería del Hyde Park londinense al veterano artista británico se centra, sin embargo, en su lado más políticamente comprometido.

Es algo evidente, nada más entrar en la exposición: el visitante se encuentra una instalación de 1983 titulada "Treatment room" y consistente en una especie de cuarto de hospital o manicomio con un lavabo y una cama sobre la que hay instalado un televisor donde aparece la ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher pronunciando un discurso.

Del largo y violento conflicto norirlandés se ocupan tres lienzos: el primero, titulado "Citizen" -Ciudadano-, de 1981-83, muestra a un prisionero republicano durante las llamadas "dirty strikes", así llamadas porque los reclusos manchaban las paredes de sus celdas con sus propias heces en protesta por habérseles denegado el estatuto de presos políticos.

En otra de las imágenes aparece un soldado británico patrullando con un subfusil junto a una carretera desierta mientras que la tercera se ve a un miembro de la orden protestante de Orange durante una de sus provocadoras marchas en el Ulster.

Más abiertamente panfletaria -y mucho menos convincente- es la obra titulada "Shock and Awe", nombre dado a la invasión anglonorteamericana de Irak, en la que Hamilton retrata al ex primer ministro laborista Tony Blair como un cowboy cincuentón a punto de desenfundar, todo ello sobre un fondo de paisaje apocalíptico.

Una de las series más interesantes desde el punto de vista tanto formal como por el hecho de reflejar una sociedad y una época es la titulada "Swingeing London" (1967-1972), que toma como punto de partida una fotografía periodística en la que aparecían el Rolling Stone Mick Jagger y al marchante de arte Robert Fraser maniatados y tratando de ocultar sus rostros tras una redada por drogas.

En esta nueva exposición, y al margen de su contenido temático, Hamilton se nos presenta una vez más como un artista tremendamente interesado en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de crear a partir de una imagen icónica múltiples que funcionan al mismo tiempo como espejo y como crítica de la cada vez más abrumadora saturación visual a través de los medios.

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