"Los Boxtrolls", cuando la diversión y la calidad se unen en la animación

  • El cine de animación no para de deslumbrar y el último ejemplo es "Los Boxtrolls", una película inteligente, divertida y realizada con un preciosismo estético que deja, sin embargo, hueco para que se luzcan la historia y los personajes, con un buscado regusto a cuento clásico.

Alicia García de Francisco

Madrid, 31 oct.- El cine de animación no para de deslumbrar y el último ejemplo es "Los Boxtrolls", una película inteligente, divertida y realizada con un preciosismo estético que deja, sin embargo, hueco para que se luzcan la historia y los personajes, con un buscado regusto a cuento clásico.

Obra de los estudios Laika -responsables de otras dos joyas de animación, "Los mundos de Coraline" (2009) y "El alucinante mundo de Norman" (2012)-, esta nueva historia de animación que llega hoy a los cines españoles, retoma lo mejor del clasicismo de Dickens o de cuentos como "Hansel y Gretel", y lo pasa por la coctelera de la más avanzada tecnología.

El resultado es una película con un perfecto equilibrio entre tradición y modernidad, con una historia sencilla, en la que el héroe, como todo cuento que se precie, es un niño, que se enfrenta a los malos con la ayuda de unos seres de aspecto monstruoso pero con un interior lleno de ternura.

Un estilo que caracteriza a los estudios Laika, especializados en la técnica de "stop-motion", para el que se necesita fabricar físicamente los decorados, los personajes y cualquier elemento que aparezca en la pantalla.

Todos esos elementos interactúan fotograma a fotograma -cada segundo de grabación contiene 24 de ellos- para generar la acción de la película.

En el caso de "Los Boxtrolls", se construyeron más de 50 escenarios en miniatura para que se pudiera desarrollar la acción de una historia que se basa en la novela "Here Be Monsters!", del británico Alan Snow.

El protagonista de la película es Eggs, un niño que vive bajo tierra con los boxtrolls, unos seres azulados con lenguaje propio, apariencias de lo más diversas y vestidos con cajas de cartón que además les sirven de viviendas.

Un niño que ha sido adoptado por los boxtrolls o secuestrado por ellos, según la versión de los malvados de la historia, los "sombreros rojos", liderados por Birlante, cuya obsesión es acabar con todos esos seres que viven bajo tierra para conseguir un ansiado "sombrero blanco", que portan los gobernantes de la ciudad y que les da derecho a degustar todo tipo de quesos.

Birlante y sus esbirros -Fideo, Panceta y Trucho- conforman un excéntrico grupo que se caracteriza más por su estupidez que por su maldad, como corresponde a cualquier historia de humor que se precie.

Porque "Los Boxtrolls" es una pura comedia, pero llena de tensión, de acción, de aventura. Una historia destinada a los más pequeños y a cualquier espectador que aprecie el nivel que ha alcanzado la animación en los últimos años y de la que este filme es claro representante.

Con una atención al detalle que se puede ver hasta en el vestuario de las marionetas que representan los personajes o en la planificación de una película que tardó 18 meses sólo en el rodaje.

Y en la que el principal atractivo radica en los boxtrolls que le dan el título, unas criaturas nombradas con los productos que antaño contenían las cajas que ahora les protegen.

Tacón, atún, ruedas o cerillas son algunos de los nombres de estos personajes que podrían ser objeto de toda una saga, al estilo de los Minions de "Gru" o convertirse en las verdaderas estrellas de la película, como ocurrió con el Olaf de "Frozen".

Dirigida por Anthony Stacchi -que participó en "Hormigaz" (1998) y ha realizado varios cortos de animación en los últimos años- y Graham Annable -que formó parte del equipo de animación de "El alucinante mundo de Norman"-, la película va camino de convertirse en el mayor éxito de Laika.

Con un presupuesto de 60 millones de dólares (47,8 millones de euros), "Los Boxtrolls" lleva ya 89 millones (71) de recaudación.

Mostrar comentarios