Los cantautores piden que se reconozca su activismo y su labor cultural

  • Los cantautores hijos de la Transición no reniegan de sus predecesores, aquéllos que a golpe de guitarra y canción protesta combatieron la dictadura franquista. Al contrario, Pedro Guerra, Inma Serrano o Ismael Serrano también piden que se reconozca la labor cultural de un género musical, el del cantautor, algo olvidado en el panorama musical español.
David González / aviondepapel.tv
David González / aviondepapel.tv

La banda sonora de los días previos a la caída del franquismo tuvo nombres y apellidos. Enunciarlos a todos sería llenar una lista desde Paco Ibáñez a Raimon, de Víctor Manuel a Amancio Prada, Joan Manuel Serrat o María del Mar Bonet, entre otros muchos. Su legado musical no representó un lastre para las siguientes generaciones, al contrario.

“Muchos dicen que el término cantautor representa un cierto lastre. La canción de autor sigue vigente. Es un género de compromiso y oficio; pero, sobre todo, es imprescindible recordarlo dentro de la tradición de dónde venimos. Es absurdo que te critiquen cuando dices que tus influencias son Paco Ibañez, Luis Eduardo Aute o Joan Manuel Serrat, cuando en EE UU nadie te devalúa cuando citas a Bob Dylan”, asegura Ismael Serrano.

“Después de la Transición, éramos considerados niños bien, hijos de nuestros mayores. Tuvimos entonces que cambiar las letras. Ahora la protesta era otra, la lucha diaria, y nuestras preocupaciones más cotidianas”, explica Inma Serrano.

“Era curioso que en los noventa, los medios nos pedían que posáramos siempre en grupo para una foto, como si por separado no tuviéramos presencia. Creo que entonces todos teníamos clarísimo lo que representaba y representa ser cantautor. Yo siempre he creído en esa cultura, la cultura del compromiso y no sólo político, como el de nuestros referentes, sino también compromiso con lo que haces, aunque lo que compongas sea una canción de amor”, dice Pedro Guerra.

Estos tres artistas, que confiesan que en los noventa tuvieron un golpe de suerte y pudieron colarse en el panorama musical, ensalzaron la figura de sus “padres musicales” durante un curso de verano de la Universidad Complutense, dirigido por Patxi Andión. Precisamente, Andión fue quien juntó para un fin común a estas dos generaciones de artistas –los denominados hijos de la dictadura y los llamados hijos de la democracia-. Dicho seminario culmina con una propuesta de futuro.

Los cantautores de los 60 y de los 90 redactarán conjuntamente un manifiesto en el que piden que se reconozca el activismo político, su música y su labor como un bien cultural que favoreció el paso de la dictadura a la democracia.

En octubre editarán el manifiesto en forma de libro que publicará la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación de Autor. El objetivo es rescatar y situar “donde se merece” el género de la canción protesta dentro de la historia reciente de nuestro país.

“La canción de cantautor seguirá vigente. Nosotros tomamos el relevo y, después de nosotros, vendrán otros chavales que agarren una guitarra y sigan comprometiéndose, sobre todo, en tiempos como los que estamos viviendo”, explica Ismael Serrano.

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