Los clásicos, con dibujos animados, entran mejor

  • Antonio Zurera acaba de estrenar en los cines 'Las aventuras de Don Quijote', una película de dibujos animados que adapta el clásico cervantino a un público infantil. El caballero de la triste figura toma la imagen de un lince para que los más pequeños asimilen la historia mejor. Un trabajo en 2D en la era del 3D. Con un Goya bajo el brazo por 'Dragon Hill' y tres décadas de experiencia, Zurera sabe muy bien de qué va esto de la animación. Y así lo ve.
Tráiler 'Las aventuras de Don Quijote'
Tráiler 'Las aventuras de Don Quijote'
lainformacion.com
M. J. Arias

Don Quijote es un lince y Sancho Panza, un ratón. Así ha pintado Antonio Zurera, director de 'Las aventuras de Don Quijote', a los personajes creados por Miguel de Cervantes. Es su forma de hacer llegar este clásico de la literatura a los más pequeños de la casa. Se trata de una película realizada en 2D en pleno estallido del 3D. Sin embargo, Zurera -cofundador de la empresa de animación Milímetros- tiene muy claro hacia donde camina el mundo de la animación y lo que eso significa.

¿Cómo surgió la idea de adaptar 'El Quijote'?

En principio, los clásicos dan miedo, pero se hacen muchas películas de animación y prácticamente todas iguales. Quería hacer algo diferente y abordar el reto más difícil, adaptar un clásico para niños. Empecé mi carrera en la serie sobre este personaje de Cruz Delgado hace casi treinta años y me apetecía hacer una versión personal. 'El Quijote' siempre está en nuestra mente, sobre todo de aquellos que amamos la literatura.

¿Qué conserva la película de la obra de Miguel de Cervantes?

Muchísimo. La primera parte es una adaptación, aunque libre, bastante fiel. Lo que ocurre es que está adaptada a un público de nuestro tiempo e infantil. Ten en cuenta que 'El Quijote' fue escrito en el siglo XVII para adultos. Hemos intentado ser fieles no sólo al espíritu, sino también a la letra. Es cierto que a partir de un momento la trama cambia para convertirse en un homenaje a la literatura universal. Nuestro mensaje es enseñar a los niños que los libros van a hacer de ellos mejores personas. No sólo más cultas, sino también más felices. Y para ello nos servimos de 'El Quijote' y de todo lo que representa.

¿De qué trata 'Las aventuras de Don Quijote'?

Va de un ratoncito que vive en la casa de Cervantes y que por la noche se sube a la mesa para comerse los restos de la cena y mientras puede leer el manuscrito que don Miguel está escribiendo. Cuando vuelve a casa, se lo cuenta a sus hijos. Cuenta una versión en la que los personajes están representados por animales. Don Quijote es un lince y Sancho Panza, un ratón. Hemos puesto la imagen al alcance de los más pequeños, ya que está dirigida a niños de seis a nueve años.


¿Entienden mejor los niños las historias con animales?

Absolutamente. Todos recordamos que en nuestra infancia nuestros primeros juguetes solían ser casi siempre animalitos. Los niños están mucho más cerca de la naturaleza y del mundo representado por ellos. De hecho, la gran mayoría de los cuentos de nuestra infancia y de los que se escriben hoy día tienen como protagonistas a animales. Quizá por su inocencia, o por ese universo tan distinto al nuestro que representan, nos asimilamos y nos llegan mucho mejor. Y, a los niños, indudablemente.


¿Por qué un lince para representar a 'Don Quijote'?

Parte de la película se ha hecho en Andalucía. El lince es un animal muy popular allí, pero también en toda España. Es uno de nuestros tesoros naturales, un animal en peligro de extinción. Y es tan ibérico como un toro. Nos parecía que un lince sería más adecuado para representar a Don Quijote. Es, además, un lince viejo, con perilla y un poco encorvado y delgado. Como la imagen que nos ha dado Cervantes. En eso hemos sido fieles.

Desde dentro, ¿cómo se ve la animación en España?

No a todos les va bien, pero la animación está mejor que nunca. Nunca se han hecho más películas que ahora. Aunque hay un problema en cuanto a la adecuación de las empresas, que suelen ser pequeñas o medianas, a los cambios tecnológicos, que son constantes y arrolladores. Pero creo que España es uno de los tres países que más animación produce en Europa. Eso significa que está el quinto o sexto en todo el mundo.

¿Es caro sacar un proyecto de animación adelante?

Sí. Ya no es tan artesanal, porque los lápices han sido sustituidos en gran medida por las nuevas tecnologías. Aún así siguen siendo productos muy elaborados y muy caros. Se requieren varios millones de euros para enfrentarse a una producción por pequeña que sea. Y las grandes rozan los 80, 100 ó 150 millones de dólares. Aquí, en España, la más cara ha costado entre 50 y 60 millones de euros. 'Don quijote', en concreto, han sido dos millones.


Además, el proceso es muy largo.

Lleva varios años. Desde la concepción de la idea y la elaboración del guión hasta la producción propiamente dicha. Son necesarios alrededor de tres años de trabajo con un equipo bastante numeroso. Entre dos y tres años, dependiendo de la complejidad.

Has trabajado en el extranjero, ¿se trata mejor a los animadores fuera de España?

No, simplemente es que la industria internacional ofrece más posibilidades. Siempre recomiendo a los jóvenes que si tienen la oportunidad de trabajar fuera no lo duden. En realidad, un artista depende de su propio talento, pero es cierto que los presupuestos fuera son mejores y las posibilidades de desarrollo personal y de cobrar más están ahí. Es una experiencia positiva no sólo por lo económico, sino también por las relaciones profesionales. La de animador es una profesión internacional. Es difícil hablar de animación española o francesa. Por supuesto, se puede, pero somos profesionales que viajamos mucho. A mí me tocó en mi momento y hoy en día hay muchos profesionales españoles en grandes estudios americanos, franceses...


¿Cómo se presenta el futuro de la animación?

Inmejorable. Las nuevas tecnologías a la actividad audiovisual que más han beneficiado es a la animación. Antes nos llamábamos dibujos animados porque todo se hacía con dibujos y hoy somos industria de la animación. Incluso algunas películas como 'Avatar' o las tres últimas entregas de 'La guerra de las galaxias' han sido animadas en parte. Lo único que ha cambiado ha sido el instrumento que utilizamos, pero en definitiva sigue siendo el talento de un animador el que está detrás de estas grandes producciones. Nuestro futuro, como yo digo, va hasta el infinito y más allá.


¿Cree que el 3D se comerá a la animación tradicional?

No necesariamente. Además, aunque así ocurriese, no pasa nada. El 3D no es más que una innovación, una nueva ventaja que tienen los espectadores para disfrutar más de un espectáculo como es el cine. Eso no perjudica al sector. Nos enfrentamos a cambios constantes, aunque es verdad que puede frenar a las empresas en su desarrollo en algún momento. Pero al espectador siempre le va a beneficiar. En definitiva, como medio de comunicación artístico o de entretenimiento, estamos al servicio del público siempre.

De hecho, Milímetros se subirá al carro del 3D con la tercera parte de 'Dragon Hill'…

Sí, es una imposición de los tiempos. Yo, por mi edad, prefiero el 2D. Toda mi carrera la he hecho en 2D y prefiero trabajar en él, pero si quieres seguir haciendo películas de animación tienes que incorporar las nuevas tecnologías en todos sus aspectos. El 3D está ahí y no es más que un recurso técnico. No dificulta nada. Al contrario, nos permite narrar de otra manera y nos abre nuevas posibilidad. Por lo tanto, considero que es una ventaja.

Mostrar comentarios