Los cuentos de Alonso Cueto enseñan a "ser" y "estar" en Australia

  • Una selección de cuentos del escritor peruano Alonso Cueto, ganador del premio Herralde 2005 por su novela "La hora azul", enseñará español a los australianos, quienes generalmente se hacen un lío con los verbos "ser" y "estar".

Rocío Otoya

Sídney (Australia), 26 oct.- Una selección de cuentos del escritor peruano Alonso Cueto, ganador del premio Herralde 2005 por su novela "La hora azul", enseñará español a los australianos, quienes generalmente se hacen un lío con los verbos "ser" y "estar".

A partir de 2014 "Cinco minutos para las nueve y otros cuentos" formará parte del programa de enseñanza de español de las escuelas de idiomas, indicó la cónsul de Perú en Sídney, Elizabeth Castro, durante un encuentro de profesores de castellano del estado de Nueva Gales del Sur.

"El español es una de las lenguas más potentes y bellas del mundo. Aprender una lengua también es hacer una exploración del sistema nuevo, sus mecanismos y sonidos", señaló Cueto por medio de un mensaje que fue leído por la cónsul en el Instituto Cervantes de Sídney.

Cueto felicitó además a los profesores de español por ejercer la enseñanza y agradeció la oportunidad de que se lean en Australia sus relatos, que puntualizó "fueron escritos para la juventud, la edad más difícil de todas".

En Australia hay unos 111.400 habitantes de habla hispana, lo que supone un 0,6 % de la población este país, en el que habitan unos 22,6 millones de personas, principalmente de origen anglosajón, pero también chino, árabe, vietnamita, griego e italiano.

Inmersos en un país anglosajón y divididos entre la necesidad de adaptarse y de preservar la cultura de sus países de origen, algunos de los españoles y latinoamericanos dejan de hablar su idioma materno en casa o comienzan a hablar lo que llaman "spanglish", que da origen a palabras como "fensa" (derivado de "fence" o verja) o a tener "meetings con los managers" en lugar de reuniones con los jefes.

En un intento por preservar el idioma en el seno familiar, muchos inmigrantes de España y de los países latinoamericanos envían a sus hijos a las escuelas de enseñanza de español o lo estudian como un curso electivo cuando tienen de siete a doce años, una etapa de escolarización que equivale a la secundaria.

Pero también hay otros jóvenes australianos que quieren aprender el español porque se habla en muchos países y es relativamente fácil aprenderlo en comparación con el chino, por ejemplo, un idioma que es de interés debido a los cada vez mayores vínculos de Australia con el gigante asiático y a las posibilidades de negocio.

Al aprender el español, las principales dificultades de los australianos es la pronunciación de la doble "r" y la "j", así como entender cómo se utilizan los verbos "ser" y "estar", además de las conjugaciones.

Muchas veces cometen el error de decir "yo estoy australiano" en lugar de "yo soy australiano" y les cuesta aprender "los tiempos del pasado porque en inglés no tienen tantas conjugaciones y el subjuntivo, que si bien existe en inglés, el angloparlante no sabe que existe", explica a Efe Teresa Alonso-Lasheras, una de las profesoras de español.

La enseñanza de un idioma como el español se torna complejo en un mundo en el que los jóvenes tienen menos costumbre de escribir palabras completas y están más familiarizados con expresiones del idioma inglés debido al uso de ordenadores y otros aparatos tecnológicos y la creación de nuevas jergas como el "LOL", siglas de Laughing Out Loud, que en español significa matándose de la risa.

Por ello los profesores de español se reunieron en el Instituto Cervantes de Sídney para intercambiar experiencias y ayudar a los colegas que comienzan a enseñar este idioma y promocionar que el español se enseñe con mayor intensidad a nivel primario, comentó Morton.

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