Por Rosana Redondo
Pamplona, 11 jul.- La ganadería extremeña de Jandilla ha limpiado su fama en el quinto encierro de los sanfermines, al terminar la carrera con siete mozos traslados al hospital pero ninguno de ellos herido por asta.
Considerados peligrosos y con un alto promedio de cornadas en los encierros, estas reses estuvieron en Pamplona por última vez en 2010, cuando el último día de fiestas dejaron cuatro heridos por asta, y suyo es también el último corredor que perdió la vida en un encierro, el joven madrileño Daniel Jimeno, el 10 de julio de 2009.
Hoy, sin embargo, los de Jandilla han protagonizado una carrera limpia y rápida en la que la mayoría de los 51 corredores que han necesitado asistencia ha sido por traumatismos y contusiones menores, y de los siete trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra ya han recibido el alta médica cinco.
Agrupados y con un manso a la cabeza han salido a las ocho de la mañana de los corrales de Santo Domingo para pocos metros más adelante quedar encabezados por tres toros, dos negros y un castaño, que ha derrotado varias veces hacia la derecha.
Sin hacer caso a los corredores ni en la Plaza Consistorial ni en la calle Mercaderes, la torada ha atravesado estos tramos a un buen ritmo.
La curva de la Estafeta sin embargo ha frenado momentáneamente la carrera, al chocar el grupo contra el vallado y tardar unos segundos en recuperar el trayecto.
Con algo más de corredores en esta jornada, el encierro en la Estafeta ha transcurrido con largas carreras por parte de los mozos que han aguantado cerca de los morlacos y con exhibiciones de buen correr cuando cuatro de los astados se han situado en paralelo abriendo manada.
La imprudencia y el incumplimiento de la normativa por parte de algunos, que no han dudado en tocar el lomo de los bureles e incluso en agarrarles las astas, ha deslucido el final de este tramo y creado momentos de peligro tanto en él como en Telefónica, donde se han sucedido las caídas.
También en el callejón se ha vivido la tensión con varios corredores tendidos en el suelo mientras pasaban sobre ellos toros y cabestros antes de que pudieran incorporarse.
En menos de dos minutos y medio, cinco "jandillas" estaban ya en la arena del coso, donde han girado a la derecha para enfilar a chiqueros sin detenerse, a los que ha llegado segundos más tarde un toro rezagado tras resbalar y perder las patas de nuevo una vez puesto en pie.
A su entrada a la plaza, despistado, las patas se le han doblado otra vez después de un amago de volverse atrás, algo que ha evitado un pastor con su capote.
El balance de este quinto encierro de sanfermines ha sido de 51 personas atendidas por Cruz Roja y DYA en los puestos instalados a lo largo del recorrido, de las que siete han necesitado ser trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra aunque ninguna reviste gravedad, según el parte médico facilitado.
Siete trasladados entre los que por primera vez en estas fiestas hay una mujer, una joven valenciana de 19 años que presenta un traumatismo craneal leve, igual que un escocés de 46 y un norteamericano de 48, éste ya de alta.
También han abandonado ya el hospital dos corredores de La Rioja y Málaga, que han sufrido contusión en rodilla y luxación de hombro, y un joven bilbaíno de 23 años y un madrileño de 38, atendidos de una herida en cara y contusión facial, respectivamente.
Después de protagonizar un encierro limpio, será esta tarde en todo caso cuando los de Jandilla deberán demostrar por qué han vuelto por decimoquinta vez a la feria del toro de Pamplona, un cita en la que serán lidiados por Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera e Iván Fandiño. EFE
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