Los dibujos animados ya tienen quien les escriba

  • El periodista y fotógrafo Guillem Media rememora en `Abuelito, dime tú´ los espacios infantiles que triunfaron en la televisión desde los primeros años 70 hasta la primera mitad de los 80. Heidi, Marco, Mazinger Z o La abeja Maya son algunos de los protagonistas de un volumen recomendado para niños de más de 30 años, que también rememora sus pegadizas canciones televisivas.
La abeja Maya, serie televisiva infantil
La abeja Maya, serie televisiva infantil
lainformacion.com
Julio Vallejo | aviondepapel.tv

"En un país multicolor/nació una abeja bajo el sol...". Así comenzaba La abeja Maya, una de las series más en boga entre los niños españoles durante los últimos años 70. Gran parte de los que entonces eran locos bajitos pasaron muy buenos momentos junto al simpático insecto y su peculiar compañero Willy, un abejorro perezoso y vago que conocimos a través de la voz de Mari Pe Castro. 

Entonces, la utilización de actrices de doblaje para dar vida a personajes masculinos era algo común en las producciones animadas. Es solo un ejemplo de las muchas series evocadas por Guillem Medina en el libro Abuelito, Dime tú. Los dibujos animados de nuestra niñez. 

El periodista y fotógrafo desvela en este nostálgico volumen secretos, curiosidades y anécdotas de los espacios televisivos que llenaron el tiempo libre de todos los que ya superan los 30 años. El escritor no se conforma con analizar las series, sino que también pasa revista al merchandising, sus secuelas o los remakes que muchas de ellas tuvieron en años posteriores. Su intención es mostrar cómo muchos de aquellos dibujos han conformado de una manera u otra nuestros gustos estéticos.  

Los robots de la polémica 

Aunque muchos recuerden los dibujos de los 70 y 80 como programas casi naif, Medina nos recuerda que los espacios para los más pequeños de la casa no se libraron de cierta controversia. Por ejemplo, Televisión Española tuvo que interrumpir la emisión de Mazinger Z por las quejas de asociaciones de televidentes y espectadores. Al parecer, muchos padres consideraron intolerable la excesiva violencia de una serie llena de peleas de robots. Tampoco sentó muy bien que Afrodita, un androide femenina, se defendiera lanzando misiles de sus nada sutiles pechos.  

Adaptaciones de lujo  

Abuelito, dime tú también rememora que muchos de aquellos dibujos que veían los niños que hoy son adultos pretendían no sólo entretener, sino aportar algo de cultura a las jóvenes mentes. De esta manera, los más pequeños pudieron conocer la literatura de Julio Verne con La vuelta al mundo de Willy Fog, peculiar versión libre de La vuelta al mundo en 80 días; adentrarse en La Odisea a través de las aventuras futuristas de Ulises 31,o tener su primer contacto con Alejandro Dumas con D'Artacan y los tres mosqueperros.  

No obstante, la joya de la corona de este tipo de versiones quizá sea Don Quijote de la Mancha, la popular serie de dibujos animados dirigida por Cruz Delgado. La adaptación de la popular obra de Miguel de Cervantes contó con la supervisión literaria de Guillermo Díaz-Plaja, ilustre historiador de la literatura española, y el conocido cervantista Manuel Criado de Val.  

Tampoco se escatimó a la hora de contratar a los dobladores. Fernando Fernán-Gómez se encargó de dar vida a Don Quijote, mientras que Antonio Ferrandis, el popular Chanquete, prestó sus cuerdas vocales a Sancho Panza. 

Los comienzos de Miyazaki 

Considerado como uno de los grandes genios de la animación de todos los tiempos, Hayao Miyazaki colaboro de una manera u otra en populares series infantiles de los años 70. Medina recuerda que su mano está en programas tan míticos como Marco, Heidi o Ana de las Tejas Verdes.  

Pocos años después de abandonar este tipo de trabajos, Miyazaki alcanzaría el prestigio internacional con la creación de Studio Ghibli, productora donde realizaría obras maestras como Porco Rosso, El castillo ambulante o El viaje de Chihiro, entre otras. 

Canciones para una época 

Tan importantes como las propias series eran las canciones que servían como acompañamiento a los títulos de crédito. Muchas de ellas, como rememora Abuelito, Dime tú, ya forman parte de la educación sentimental de muchos adultos de hoy en día. Algunas incluso tuvieron una enorme aceptación discográfica. 

Seguro que muchos todavía podrían cantar Comando G, la canción que Parchís aportó a la banda sonora de La batalla de los planetas, o tararear Belfy y Lilibit, el tema que la hoy olvidada Chispita interpretó para la serie del mismo nombre.  

Sin embargo, las bandas sonoras de programas infantiles no fueron solo cosa de niños. Los muy maduros miembros de Mocedades se animaron a cantarle a Willy Fog, mientras que los componentes de Santabárbara hicieron lo propio con la versión animada de Tom Sawyer.  

Muchas de aquellas músicas, junto a los dibujos que los acompañaron, contribuyeron a formar la personalidad de los adultos que ahora somos. Abuelito, Dime tú sólo intenta que refresquemos aquellos recuerdos de niñez.

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