Los diseñadores vuelven la mirada a la naturaleza en la apertura de Cibeles

  • Los diseñadores encargados de abrir la primera jornada de Cibeles Madrid Fashion Week han vuelto la mirada a la naturaleza, con tejidos naturales y ecológicos para los que han encontrado inspiración en las culturas greco-latina y egipcia y en los colores del Mediterráneo.

Concha Carrón

Madrid, 16 sep.- Los diseñadores encargados de abrir la primera jornada de Cibeles Madrid Fashion Week han vuelto la mirada a la naturaleza, con tejidos naturales y ecológicos para los que han encontrado inspiración en las culturas greco-latina y egipcia y en los colores del Mediterráneo.

Roberto Verino ha sido el encargado de inaugurar la pasarela y lo ha hecho con una colección de colores tierra, en una llamada al cuidado de la naturaleza y el crecimiento sostenible.

Este estilo, definido por el diseñador gallego como "eco-chic", lo reflejan sus tejidos -lino, seda o algodón- subrayados por estampados vegetales, aunque no renuncia a la artesanía del punto hecho a mano y los bordados.

Su colección Primavera Verano, estrenada en la pasarela por Jon Kortajarena, combina básicos imprescindibles como cómodos trenchs y trajes en lino y seda con otras prendas más sensuales y atrevidas, como el mono-pantalón.

En el paraíso tropical al que traslada Verino su ropa triunfan las líneas suaves, tanto para hombre como para mujer, cazadoras de napa lavada, bañadores con un toque metálico, cómodos shorts y vestidos de corte romántico.

A lo largo de cinco jornadas, la 54 edición de Cibeles Madrid Fashion Week presentará las colecciones de la próxima primavera-verano de 44 destacados creadores y otros 40 talentos emergentes en el mundo de la moda que exhiben sus propuestas en el Showroom de Ego, el espacio con venta directa al público.

En esta edición, en la que no se ha quedado fuera ninguna modelo por presentar todas un Índice de Masa Corporal superior al permitido por la OMS, la pasarela incluye, con motivo del año dual España-Rusia, un singular desfile, en el que veinte creadores de moda rusos darán a conocer sus propuestas el próximo lunes.

El emotivo desfile de Jesús del Pozo, fallecido el pasado mes de agosto a los 64 años, ha salido en segundo lugar a la pasarela, en una jornada marcada totalmente por este desfile, en el que han estado presentes las "señas de identidad" del estilista madrileño, y al que han acudido muchos rostros conocidos, como la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, numerosos diseñadores y representantes del mundo de la cultura y de la política.

El madrileño se centró en sus últimas creaciones en recuperar la simplicidad de los setenta, con mujeres que realzan su lado más femenino con pañuelos, fajines y lazadas, líneas depuradas y siluetas relajadas en vestidos largos y caftanes que caen libres.

Andrés Sardá se ha inspirado para el verano del 2012 en las culturas grecolatina y del antiguo Egipto, de las que ha tomado sus vibrantes colores, con el azul en todas sus variantes, y sus estampados.

"Mediterráneo" es un cruce de culturas representada por los estampados étnicos, oro y plata, sedas y gasas ligeras que reflejan la luz del mar y que dan a la figura femenina aires de diosa romana, con vestidos vaporosos decorados por sinuosos drapeados y el brillo de los metales sagrados.

Para representar la cultura egipcia la firma catalana acude a una paleta cálida dominada por el rojo, el verde áspid y el dorado, que tiñen prendas de líneas asimétricas, como vestidos, monos y capas, un universo de piezas únicas que reflejan los diferentes tonos del agua por medio de las piedras preciosas: turquesa y plata para la inspiración grecolatina y lapislázuli y oro para la egipcia.

La línea de baño de Sardá se llena de rayas marineras, mini-biquinis y trikinis con acabados de joyería, pailletes y forros aplicados estratégicamente a las piezas de baño, en los que se incluyen estampados florales inspirados en la naturaleza.

La mañana de la primera jornada de Cibeles acaba con Duyos, que propone prendas ligeras que definen siluetas singulares en un cóctel de colores frescos que abarcan toda la paleta cromática.

Vestidos y faldas confeccionados en crèpe de seda y lana, satén pesado, muselinas etéreas y lanas frías y secas se ciñen al cuerpo femenino en una gama que va del hueso al gris marengo. EFE

cc/ea

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