Los periodistas de "Libération" no quieren ser una red social

  • Los periodistas del diario francés "Libération" mostraron hoy su oposición al proyecto de los propietarios de la cabecera de reconvertir el rotativo en una "red social, creadora de contenidos" vendibles.

París, 8 feb.- Los periodistas del diario francés "Libération" mostraron hoy su oposición al proyecto de los propietarios de la cabecera de reconvertir el rotativo en una "red social, creadora de contenidos" vendibles.

"Somos un periódico, no un restaurante, no una red social, no un espacio cultural, no un estudio de televisión, no un bar, no un vivero de empresas", señala la portada del diario de hoy, sábado, que muestra el enfado de los trabajadores.

Es la reacción de los periodistas a la carta publicada, también en la edición de hoy, por los accionistas, en el que muestran su intención de cambiar el objetivo del diario, fundado en 1973 con el impulso de Jean-Paul Sartre.

"Libération" se convertirá, según los accionistas Bruno Ledoux, Edouard de Rothschild y el grupo italiano Ersel, "un lugar de intercambio abierto y accesible a todos, periodistas, artistas, escritores, filósofos, diseñadores".

Para ello proponen que los 4.500 metros cuadrados de su sede sean transformados por el diseñador Philippe Starck para que sea "un cruce de caminos de todas las tendencias políticas, económicas o culturales".

El edificio, precisan los accionistas, acogería "un espacio cultural y de conferencias con un estudio de televisión, otro de radio, una redacción digital, un restaurante, un bar y un vivero de empresas innovadoras".

El proyecto, que los propietarios consideran "indispensable" ante la caída de las ventas del diario, en grave situación financiera, fue desvelado un día después de que los trabajadores del rotativo evitaran la salida del mismo ayer, viernes, con una huelga.

Tras conocer el proyecto de los accionistas, los periodistas del diario expresaron su enfado, diseñaron la portada y la acompañaron de cinco páginas explicando su oposición.

Además, convocaron una nueva jornada de huelga para el domingo, lo que impediría la salida del diario del lunes.

En un editorial denuncian "el proyecto de los accionistas que ha provocado la estupefacción y la cólera del equipo, por lo alejado que está de su oficio y de sus valores".

"No ofrece ninguna perspectiva de futuro seria al diario (...) Si se aplica, 'Libération' se convertiría en una simple marca", aseguran los trabajadores, que se dicen dispuestos a seguir "unidos y convencidos".

El rotativo, reputado de izquierdas, emplea a casi 300 trabajadores y sus ventas están en caída libre, con una bajada del 15 por ciento en los once primeros meses de 2013.

En noviembre pasado se situaron por debajo de los 100.000 ejemplares, su peor resultado en 15 años, por lo que los propietarios, que se niegan a inyectar más dinero, están buscando nuevos inversores.

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