Los poseídos del festival vegetariano inundan la isla tailandesa de Phuket

  • Solero Phuket (Tailandia), 1 oct.- La isla tailandesa de Phuket amanece estos días entre el retumbar de los tambores y los salmos religiosos en el mayor festival vegetariano del Sudeste Asiático, donde los devotos actúan como médium de los dioses y se infligen castigos físicos para "purificarse".

Ricardo Pérez-Solero

Phuket (Tailandia), 1 oct.- La isla tailandesa de Phuket amanece estos días entre el retumbar de los tambores y los salmos religiosos en el mayor festival vegetariano del Sudeste Asiático, donde los devotos actúan como médium de los dioses y se infligen castigos físicos para "purificarse".

El Festival de los Nueve Dioses Emperadores, como se denomina en el idioma chino, atrae cada año durante nueve días a centenares de miles de personas a la isla, en cuyos templos se funden ritos y tradiciones principalmente taoístas, pero también confucionistas y budistas.

Al alba, los beatos entran en trance, bajo la mirada de las esculturas doradas de dragones y estatuillas de dioses sobre palanquines, mientras mantienen su cuerpo constantemente en movimiento buscando el "equilibrio" o "Ying y Yang", poseídos por alguno de los dioses de la cosmología chino.

Tras adoptar la personalidad de una de las deidades, los elegidos comienzan a hacer aspavientos, emitir sonidos guturales y hablar en dialectos chinos, señal de que están preparados para perforar sus mejillas con objetos punzantes, armas o, en alguno de los casos, elementos tan dispares como una bicicleta.

"El médium sufre para salvar a la gente de sus pecados", explicó a Efe Karudee Chotithamaporn, una voluntaria malasia de ascendencia china que acude al festival desde hace 8 años.

"Algunos son elegidos por los dioses pero otros se comprometen a ayudar tras recibir la asistencia de los deidades durante una enfermedad terminal o un accidente", aclaró.

Entre el humo de las ofrendas de incienso del centenario templo chino Bang Neow, Karudee señaló que esta celebración es la única en la que se funden tres influencias: la religiosa, la natural, ligada a la astrología, y la política, que recuerda la caída de la última dinastía Ming en China.

El propósito del evento es purificar el cuerpo y el alma, por lo que la dieta debe ser vegana, los asistentes han de vestir de blanco, abstenerse de practicar sexo y beber alcohol. Las embarazadas, mujeres con la menstruación y personas de luto no pueden asistir.

Durante las procesiones, el blanco de las vestimentas contrasta con el estallido de colores amarillo, naranja, rojo y verde de los atuendos e imágenes religiosas, con el gris del asfixiante humo de las tracas de petardos y sobre todo, con la sangre que en muchos casos cubre el torso de los creyentes que se flagelan.

En medio de una de las ceremonias matutinas, una turista española, mostraba su sorpresa.

"Nosotros lo espiritual lo llevamos de otra manera mas terrenal", afirmó con los ojos como platos mientras a su alrededor varios médiums hacían cortes con hachas y sierras en sus lenguas.

A partir del sexto día, aumenta la variedad de los rituales, que incluyen caminar sobre ascuas o escalar escaleras de sables para el deleite de un público de todas las edades.

Aunque los devotos curan y desinfectan sus heridas con aceite bendecido y símbolos religiosos, existen casos puntuales en los que tienen que ser atendidos por los equipos médicos al final de la procesión.

Según la versión del Ministerio de Turismo tailandés, los orígenes del festival se remontan a 1825, cuando una compañía de opera china que visitaba Phuket sufrió una epidemia de Malaria y consiguió sanarse rezando a dos de los dioses emperadores y llevando a cabo una dieta vegana para superar la dolencia.

Desde entonces, el festival, que también se celebra en varios países del Sudeste Asiático donde la comunidad china es numerosa, como Malasia o Singapur, ha ganado año a año más afluencia y espectacularidad en los rituales autolesivos.

El calendario lunar asiático establece que este año será el primero desde 1832 en el que el noveno mes, y por lo tanto el festival vegetariano, se repite, por lo que a finales de este mes, los dioses volverán a pisar tierra tailandesa.

Sin embargo, las principales celebraciones cayeron este año entre la noche del 23 de septiembre y el 2 de octubre. EFE

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