Los tríos, fantasías y equilibrios de Harold Pinter llegan al Teatro Español

  • Viejos tiempos, la obra de Harold Pinter que se estrena mañana en el Teatro Español bajo la dirección de Ricardo Moya, gira en torno a la relación entre tres amigos que se reencuentran después de veinte años. En el reparto Ariadna Gil, Emma Suárez y José Luis García-Pérez.

Viejos tiempos
Viejos tiempos
Alessia Cisternino

Hay quien sostiene que el tres es el número perfecto, también y quizás sobre todo en una relación. En la película de Woody Allen Vicky Cristina Barcelona, los personajes interpretados por Javier Bardem y Penélope Cruz encontraban inesperadamente en Scarlett Johanson la tercera "pata" que daba equilibrio al "taburete" inestable de su complicada relación.

De la misma opinión es Ricardo Moya, director de Viejos tiempos, una obra clave de Harold Pinter que se estrena mañana en el Teatro Español. "Viejos tiempos es la obra que mejor resume el imaginario del Sr Pinter" afirma Moya "que analiza en profundidad la calidad de las relaciones humanas, fundamentalmente las relaciones de a dos que casi siempre son de a tres, sea el tercero imaginario o real, sea el tercero un elemento de equilibrio que actúa en la fantasía o que actúa en la realidad".

Hay cosas que uno recuerda aunque nunca hayan ocurrido. Hay cosas que yo recuerdo, que pueden no haber ocurrido, pero como yo las recuerdo, en realidad ocurren. Es lo que afirma Anna, el personaje que interpreta Emma Suárez, una mujer que aterriza después de mucho tiempo en medio de la relación entre su amiga Kate (Ariadna Gil) y su marido Deeley (José Luis García-Pérez) creando un terremoto o quizás un nuevo equilibrio.

La línea sutil que separa la realidad de la imaginación es lo que crea una fusión-confusión entre los personajes. "No estuvo del todo clara la decisión de qué papel tendría que interpretar cada una de las dos actrices" explica Ricardo Moya "durante un tiempo pensamos que era el mismo personaje y que por lo tanto era irrelevante quién de ellas lo interpretara, pero en seguida vimos que había unas claves que el actor tenía que dar y que había que proporcionarle al espectador para que no se perdiese".

El triángulo perfecto

Según Emma Suárez "para interpretar esta función es imprescindible estar realmente conectados entre los actores, así está escrito y así ha de ser el trabajo. En otras funciones siempre hay que estar conectados con el compañero, pero en esta es absolutamente imprescindible. Esta es como una pelota de ping pong que nos vamos pasando y la reacción del personaje está en la escucha de lo que acaba de decir. En Pinter los personajes se esconden detrás de las palabras y reaccionan como respuesta a lo que acaban de escuchar".

Ricardo Moya habla de una "solidaridad permanente en la situación escénica". "Los actores son solidarios en el sentido de que uno sin los otros dos no se explicaría. Se explica cada uno en virtud de los otros dos y sobre todo gracias a los otros dos. Es un triángulo, una figura geométrica prácticamente perfecta, en muchas culturas el símbolo de la divinidad es un triángulo, debe de ser por algo".

"Un triángulo es lo más equilibrado de las cosas que sabemos hacer con nuestras manos" añade Ricardo Moya. "Creo que es un descubrimiento de Pinter que sin embargo no debería sorprendernos tanto: el número tres, el tercero en discordia equilibra a los otros dos de una manera o de otra. Está en nuestra mente porque en la naturaleza, en el universo ocurre igual".

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