"Love is Strange", el retrato de Ira Sachs de un amor sereno y maduro

  • Ira Sachs navega, en la segunda entrega de su trilogía de Nueva York, "Love is Strange", en las calmadas aguas del amor asentado de dos hombres maduros que "muestra la comodidad" que el autor estadounidense siente consigo mismo después de las turbulencias que ha contado en otras películas.

San Sebastián, 23 sep.- Ira Sachs navega, en la segunda entrega de su trilogía de Nueva York, "Love is Strange", en las calmadas aguas del amor asentado de dos hombres maduros que "muestra la comodidad" que el autor estadounidense siente consigo mismo después de las turbulencias que ha contado en otras películas.

Sachs ha presentado hoy en la sección "Perlas" de la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián el filme con el que continúa con su anunciada trilogía de películas ambientadas en la ciudad de los rascacielos.

El filme, que ha sido seleccionado para la sección Panorama de Berlín y para el Spotlight de Tribeca, se adentra en los avatares de Ben (John Lightow) y George (Alfred Molina), un pintor reputado y un profesor de música, que comparten sus vidas desde hace 39 años.

Sin embargo, los problemas surgen cuando deciden casarse, ya que la boda desencadena el despido de George de la escuela católica en la que trabaja, por lo que se ven obligados a vender su casa y establecerse temporalmente en domicilios de amigos y parientes.

La temática contrasta con la primera parte de la trilogía, "Keep the Lights on" (2012), en la que Sachs retrata la tormentosa relación de una pareja homosexual inspirada en su propia experiencia.

"Love is Strange" es "personal", pero no autobiográfica, asegura en una entrevista con Efe Sachs, un artista decidido a retratar la fragilidad de las relaciones en sus películas.

Para el director, la principal diferencia entre ambas estriba en que en la primera los protagonistas "no sabían quiénes eran" mientras que los personajes de Ben y George "son muy consistentes y se conocen a sí mismos perfectamente".

Reconoce que el cambio transcurre en paralelo al de la evolución de su propia vida privada, que "se ha serenado también", asegura Sachs.

Apoyada en las convincentes interpretaciones de Lithgow y Molina, al igual que la de Marisa Tomei, "Love is Strange" no es sin embargo una película de mensaje, aunque sí está anclada en la realidad.

De hecho, la idea surgió de una noticia de prensa que se hacía eco del despido de un profesor de un coro católico del Medio Oeste de Estados Unidos después de que contrajera matrimonio con otro hombre, recuerda este militante del movimiento gay que fundó el programa Queer/Art/Mentorship de artistas homosexuales.

Reconoce que la legalización de los matrimonios gays ha sido "fundamental" y que hace diez o cinco años no habría sido posible aceptar con tanta naturalidad las situaciones que retrata su película.

Sachs está inmerso en la tercera parte de su serie dedicada a Nueva York que se titulará "Gracias por ser honesto" y cuyo texto espera terminar esta misma semana con Mauricio Zazharias, su coguionista habitual.

Será una película "inteligente" sobre "padres y adolescentes" dirigida a "padres y adolescentes".

Una inteligencia que, al igual que Dustin Hoffman, cree que brilla por su ausencia en muchas de las producciones de Hollywood.

"No he tenido un dólar de Hollywood para esta película, pero tampoco la necesito", señala Sachs que prefiere mantenerse en el cine independiente como sus "héroes" Orson Wells o John Casavettes.

Con este último comparte además su pasión por Nueva York, la "ciudad más maravillosa del mundo", asegura.

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