Madrid avista un "meteorito" llamado Pablo Alborán

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 26 sep.- Existen estrellas en la Tierra capaces de calentarle el ánimo y el cuerpo a muchas personas como para aguantar once días al raso hasta su glorioso avistamiento, estrellas como Pablo Alborán, quien en pleno apogeo y junto a Miguel Bosé, ha brillado en Madrid ante más de 15.000 personas.

Por modestia, él rechaza la palabra "estrella". En broma, prefiere definirse como "un meteorito" y añade que espera no estrellarse. No lo dirá porque en el cielo, que tiene abierto desde la publicación de su debut homónimo en 2011, haya habido astro capaz de frenarlo. Y la estela sigue y sigue en franco ascenso.

El artista que más discos vendió los dos últimos años en España, más incluso que Alejandro Sanz, ha llegado a la capital en otro momento dulce de su breve carrera, con tres nominaciones para los próximos Grammy Latinos y otra más como mejor artista español para los EMA's de la cadena MTV.

En marzo, ya supo lo que es coronarse con laureles, al hacerse con todos los galardones posibles del Festival de Viña del Mar, en Chile. Y es que en América, donde viajará en breve, también es una estrella en ascenso.

Solo le restaba ofrecer en directo un espectáculo a la altura de su fulgurante éxito discográfico y este año, por fin, se dio el gustazo con esta gira, un mayor derroche en inversión, que arrancó el 17 de mayo en Almería y que ha reunido ya a unos 200.000 espectadores, según cifras de sus representantes.

Alborán ha vuelto al Palacio de los Deportes, que ya pisó en diciembre de 2011, para ofrecer ante el aforo completo y durante dos noches consecutivas un concierto para el que ha "cuatriplicado" los medios de sus citas previas, con chorreo de luces, humo, pirotecnica y un mar de pantallas de led.

Su sólida voz, que tan bien cimbra en los recintos íntimos, no se pierde ante un formato más robusto, con seis músicos arropándole y empujando canciones como "Toda la noche" o ese "barco pirata" que es "Deshidratándome", con sus soniquetes mediterráneos y su cortejo de guitarras.

"Pasar dos noches aquí en el Palacio de los Deportes es inolvidable para mí", ha dicho el malagueño en su primera dedicatoria al público de la ciudad, antes de entonar "Me iré", en la que conjuga su característico quejío andaluz y el latiguillo de la guitarra eléctrica.

En total han sonado dos docenas de canciones de sus tres discos, con las que Alborán, vestido con una camisa vaquera y corbata, ha enamorado a su público, eminentemente femenino y embargado por los temas más románticos, como "Quién" o "Tanto", con un sinfín de pancartas/declaraciones de amor izadas al aire.

La estrella de Alborán empezó a brillar en pequeñas salas. Su voz, tan maleable y forjada en esos espacios, soporta como ninguna el formato acústico, que esta noche ha recuperado para interpretar "El beso", "Perdóname" y "Te he echado de menos".

Tras la sencilla dedicatoria a su abuela de origen francés, que de "chiquitito" le cantaba "La vie en rose" de Edith Piaf para dormir, ha recuperado la épica superlativa -en plan BSO de John Barry, como a él le gusta- con "Miedo" y "Vuelve conmigo".

Las vívidas "Me colé por la puerta de atrás" y "Loco de atar" han dado paso al tramo final del concierto. De nuevo en formato acústico y con ese poso melancólico que igual bebe de Oriente que del fado, ha interpretado "Cuando te alejas" y "Desencuentro".

Quedaba lo mejor: al piano, el "big bang" artístico que fue "Solamente tú", con los móviles del público formando un mapa estelar a pie de pista, y la aparición sorpresa de otro astro-rey, Miguel Bosé, "gran padrino, gran amigo y maestro", acompañándolo junto al resto de la banda en "Éxtasis". Pues eso, éxtasis musical y el Palacio explota.

Después de dos horas, la roquera "Volver a empezar", con coreografía guitarrera, y "En brazos de ella" han echado el cierre a la velada entre saltos.

Mañana, otra noche de avistamiento en Madrid. Después, otras dos en el Palau Sant Jordi de Barcelona, final en Zaragoza, dos más en Portugal y un porrón por Latinoamérica... En resumen, mucho vuelo para este meteorito que tiene ya poco de fugaz. EFE

jhv/gcf

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