Maksik, en la estela de "El club de los poetas muertos" en su primera novela

  • El escritor estadounidense Alexander Maksik sigue la estela del filme "El club de los poetas muertos" en su primera novela, "No te mereces nada", un ejercicio metaliterario que describe la relación entre un profesor y una alumna desde diferentes puntos de vista.

Jose Oliva

Barcelona, 7 abr.- El escritor estadounidense Alexander Maksik sigue la estela del filme "El club de los poetas muertos" en su primera novela, "No te mereces nada", un ejercicio metaliterario que describe la relación entre un profesor y una alumna desde diferentes puntos de vista.

El punto de partida de "No te mereces nada" (Miscelánea) es la experiencia del autor con sus padres, que también eran profesores: "siempre me interesó la diferencia entre quiénes eran mis padres en casa y en el colegio", ha dicho a EFE Maksik, quien prefería ver a los maestros "en su dimensión humana más que como objetos o máquinas".

Aunque no molesta a Maksik que se compare su ópera prima con "El club de los poetas muertos", considera que su novela es "algo más complejo" y en su interés siempre estuvo en escribir una novela y no un ensayo o un libro de memorias, pues "las ideas que quería explorar sólo eran accesibles desde la ficción".

El centro de la novela es William Silver, un profesor carismático y con talento a quien sus estudiantes adoran, que lleva a su aula ideas que afectarán profundamente a cómo los alumnos se conducen en la vida, y de este modo sus debates sobre Camus, Faulkner, Sartre o Keats despiertan la justicia social de los estudiantes y sus capacidades para el pensamiento filosófico y ético.

La historia trágica de la novela tiene un escenario luminoso, el París de las manifestaciones contra la guerra de Irak, "una ciudad que es para mí un ideal, igual que lo es William para sus alumnos", confiesa Maksik.

Argumenta el autor, que pasa largas temporadas en la capital francesa, que "situar la novela en ese París cargado de manifestaciones y tumultos era la réplica perfecta para mostrar los tumultos internos del protagonista".

Uno de los grandes aciertos de "No te mereces nada" es narrar la misma historia desde tres puntos de vista diferentes, que además de mostrar las diversas percepciones de la misma realidad, "tiene relación con la forma poliédrica y deconstructiva de enseñar del propio William".

Admite Maksik que tiene "cierta compasión" hacia el personaje de William, aunque aún es más compasivo con los estudiantes: "El profesor es un desastre fuera del aula, lo veo como un cobarde y el único sitio en el que tiene fuerza es en la clase".

La novela hace aflorar las contradicciones, las incoherencias de los docentes en sus vidas privadas en relación con los ideales que transmiten en sus clases.

Precisa Maksik que sus padres, hoy jubilados, han leído la novela y en ningún caso se sienten reflejados. "Mi padre formaba parte de una generación de maestros que se comprometían mucho con los alumnos a nivel personal, aunque no a nivel sexual", aclara bromeando.

De todos los autores mencionados por William Silver en la novela, el más cercano al gusto estético de Maksik es el William Faulkner de "Mientras agonizo", narrada mediante la técnica del flujo de conciencia con 15 narradores en 59 capítulos, una visión poliédrica que él también ha querido trasladar a su manera a "No te mereces nada".

Además de Faulkner, Maksik siente admiración por el Shakespeare de "Macbeth" y "Hamlet" y por Camus y Sartre, aunque no es "existencialista", remarca.

Maksik ya tiene escrita una nueva novela, protagonizada por una mujer liberiana que vive ilegalmente en la Grecia de 2003, previa a la crisis económica, y "el texto es la reconstrucción de una vida y sobre cómo nos enfrentamos a nuestros muertos a través de la memoria".

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