Maná se paga su propio disco para que cueste menos en las tiendas

  • El grupo mexicano presenta la costosa producción de su décimo álbum, 'Drama y luz', como un pulso contra su discográfica.
Maná presenta en Madrid su décimo disco, 'Drama y luz'.
Maná presenta en Madrid su décimo disco, 'Drama y luz'.
Elena Cabrera
Elena Cabrera

"Queríamos que este disco fuera lo más barato posible y que los precios de los tickets de la gira cuesten igual que en 2007" revela Álex El Animal, batería del grupo latino qué más vende en el mundo entero: Maná.

Fher Olvera, oculto también bajo las gafas de sol –gafas de focos, diríamos, bajo las luces del auditorio de Casa de América- se pregunta a sí mismo "¿cómo se hace para que la compañía de discos acepte eso?", y se responde "nosotros asumimos todos los gastos de producción del disco y del DVD pero pusimos como condición a la compañía que mantuviera los precios de venta bajos".

Una producción como la de Drama y luz, el décimo disco de los mexicanos que se pondrá a la venta el 12 de abril, no es barata. Ha durado 34 meses y ha pasado al menos por seis estudios de sonido diferentes, ha contratado a la directora de orquesta Suzie Katayama (Madonna, Portishead) para coordinar a 32 músicos clásicos y ha contemplado 50 canciones, de las que se han descartado 36. "No es fácil hacer un disco así porque cuesta mucha plata, pero si se preguntan qué hemos hecho con el dinero que ganamos, les diremos que lo hemos invertido en eso, en la música", se confiesa un Álex González especialmente locuaz.

Aplausos de compromiso

Después de conceder algunas entrevistas exclusivas, Maná se presenta ante una rueda de prensa formada por 35 periodistas y 11 cámaras de televisión. 35 periodistas son pocos y la mayoría son corresponsales de medios latinoamericanos. Un responsable de la buena imagen del acto se afana en retirar varias filas de sillas antes de que el grupo haga su aparición.

La voz de un hombre oculto tras una cortina presenta a Fher Olvera, Juan Calleros, Alex el Animal González y Sergio Vallín con un retintín de circo que no es bien recibido por los periodistas, que contentan con un desvaído aplauso que anticipa que Maná puede que ya no sean lo que fueron.

El departamento de la promoción de la multinacional Warner nos entrega una extenuante biografía laudatoria de doce páginas. Son párrafos sembrados de premios, estadios, listas Billboard, éxitos mundiales y colaboraciones, más que estelares, fraternales.

Embutidos de mp3

"Esto no es una fábrica de chorizo". Así empieza a hablar Álex sobre la costosa y ultraproducida manera de facturar canciones que tiene su grupo, firmante de un éxito hace catorce años que cualquiera podría reconocer, En el muelle de San Blas. "Hay una generación que ha perdido el aprecio por la calidad de la música porque escuchan en mp3 y todo suena chiquito y metálico". "Hemos realizado la grabación en cinta analógica para que tenga más fuerza", cuenta Sergio. "Nosotros incluso sacamos el disco en vinilo", anuncia Álex.

Drama y luz combina algunos buenos momentos del mejor rock latinoamericano con otros de aburrida sensiblería latina que ahondan en el particular sonido Maná y crea en el oyente cierta confusión entre lo nuevo y lo viejo. "No queremos ser un grupo que se quiera globalizar tanto, porque entonces haríamos como Shakira u otros y cantaríamos en inglés" advierte el cantante. "Aquí, a España, no cualquiera puede venir a vender sus chicharrones, como se dice en México".

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