El diseñador búlgaro Yanko Tsvetskov se hizo famoso por publicar periódicamente su 'Atlas de los prejuicios'. Se trata de un mapa de Europa donde cada país retrata a sus vecinos usando sus prejuicios. Este Atlas explica por qué es tan difícil unir a los europeos a pesar de las Cumbres, los esfuerzos de la Comisión y las reuniones del Consejo Europeo.
En la última versión del Atlas, los españoles hablan de sí mismos como la tierra del 'café para todos'. Alemania es el país de 'Cruella de Merkel'. El sur de Italia es 'Cataluña oriental'. Los suizos son un poco groseros. Los holandeses son 'pintores', los ingleses 'turistas que vomitan', los polacos son 'católicos de pelo rubio', y Rusia es el país de 'los curas casados'. Por supuesto: los franceses son 'gabachos'. ¿Y Turquía? Algo así como 'Marruecos del este'. (Fuente, Der Spiegel)
¿Y los prejuicios alemanes? España es el país de 'hoteles bararos'; Suecia, el país de 'Ikea'; Polonia, la tierra de 'las hortalizas'; Turquía, donde se pueden conseguir 'trabajadores'; Rusia, una inmensa reserva de gas; y los alemanes se ven a sí mismos como gente 'ahorradora'.
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