Marianne Faithfull se enfrenta cara a cara al paso del tiempo en el Palau

Rosa Díaz,

Barcelona, 9 dic.- Los recuerdos han sido el hilo conductor del concierto de hoy en Barcelona de Marianne Faithfull, que ha actuado en el Palau de la Música apoyada en un bastón y ha apelado a su condición de superviviente de mil batallas para meterse al público en el bolsillo, a pesar de sus mermadas condiciones físicas.

Faithfull, que ha tenido que anular el recital que tenía previsto mañana en Madrid por un problema de cadera, ha recalado hoy en Barcelona para presentar los temas de su último disco y repasar algunas de las canciones más queridas por ella y su público, empezando por aquel lejano "As tear go by", que la lanzó a la fama con 17 años y que compuso una de sus parejas de aquella época: Mick Jagger.

"Llevo cincuenta años haciendo discos", ha dicho en los primeros minutos del concierto, "y la primera sorprendida soy yo" ha añadido esta mujer de 67 años, que fue musa de los sesenta, antes de que la adicción a la heroína casi se la llevara de este mundo.

Marianne Faithfull sigue viva, y eso suficiente motivo de celebración por sí mismo, según se ha podido apreciar hoy en Palau de la Música, donde el público le ha perdonado las interrupciones que su salud le ha obligado a hacer.

Desmejorada pero simpática, Faithfull ha sabido hacer de la necesidad virtud y ha compartido con los espectadores sus problemas físicos.

Ha bromeado con el hecho de que no pudiera darse la vuelta para presentar a los músicos, ha explicado que esta noche ha sido la primera que se ha puesto de pie en el escenario desde que tuvo el problema de cadera, y hasta ha pedido a su ayudante que le trajera el bolso para sacar de él unas pastillas que se ha tomado en público, arropada por los aplausos de los espectadores.

El recital ha empezado con "Give my love to London", el tema que da título a su último disco, del que ha interpretado un buen número de piezas: "Falling back", "The price of love", "Love more or less", "Mother wolf", "Late victorian holocaust" y "Sparrow will sing".

Pero la gira se llama "50 th Anniversary World Tour" y los recuerdos que este aniversario despiertan en la artista se han reflejado sobretodo en la recuperación de temas del "Broken english", el disco que supuso su vuelta a la música tras muchos excesos.

Un álbum cuya portada muestra la silueta de Marianne Faithfull con un cigarrillo en la mano, una imagen que conecta con la de su último disco, en el que aparece envuelta en la bruma del humo.

"Me gusta el humo", ha dicho la interprete, que se ha encendido un cigarrillo eléctrico y ha dado la noticia: "he dejado de fumar".

Aplausos nuevamente de un público tan conectado con su música como con su persona, de hecho, en la carrera de esta artista la vida privada ha eclipsado muchas veces la artística, algo que ella ha alimentado en alguna ocasión, como cuando recientemente dijo que Jim Morrison murió por una sobredosis que le suministró el que era su pareja en aquella época.

Volviendo a su faceta artística, Faitfull ha ido presentando las canciones a lo largo del concierto y ha aclarado que temas eran composiciones suyas y cuales eran de otros.

Entre los temas ajenos ha destacado la belleza de "Who will take my dreams away" y The price of love", y entre los propios ha subrayado canciones que pasaron inadvertidas en su momento pero que a ella le gustan mucho como "Witches song".

Una banda formada por cuatro músicos solventes ha sabido adaptarse a los viajes en el tiempo de Faithfull y ha tenido su minuto de gloria durante la interpretación de "Sister morphine".

Pero a la salida, el público comentaba más el estado físico de la artista que la calidad musical del espectáculo. Cosas que pasan cuando vida y obra van juntas.