Miquel Barceló: Ninguna de las obras maestras es realmente perfecta

  • El artista mallorquín Miquel Barceló ha cerrado hoy en Pamplona la programación de 2012 de la Cátedra Jorge Oteiza, de la Universidad Pública de Navarra, con una reflexión sobre su experiencia creadora durante la que ha afirmado que ninguna de las "obras maestras" es "realmente perfecta".

Pamplona, 13 nov.- El artista mallorquín Miquel Barceló ha cerrado hoy en Pamplona la programación de 2012 de la Cátedra Jorge Oteiza, de la Universidad Pública de Navarra, con una reflexión sobre su experiencia creadora durante la que ha afirmado que ninguna de las "obras maestras" es "realmente perfecta".

En una nueva edición del ciclo "Escultores sobre escultura", Barceló (Felanitx, 1957) ha pronunciado en el Museo de Navarra una conferencia titulada "La obra escultórica, la arcilla y la pintura", tras ser presentado por Rafael Calvo Serraller, director de la Cátedra Jorge Oteiza, quien se ha reconocido "fascinado" tanto por la obra como por un artista "absolutamente entregado a su pasión".

También se ha proyectado el documental "El cuaderno de barro", dirigido por Isaki Lacuesta, en el que se muestra el trabajo que Barceló desarrolla en África, país que desde mediados de los ochenta visita con frecuencia, aunque está estar instalado entre París y Mallorca.

Este ciclo forma parte del programa "Arte y cultura en las sociedades del siglo XXI", que cada año convoca a un escultor de proyección internacional de la talla de Richard Serra, Richard Deacon o Waltercio Caldas.

Barceló ha explicado la importancia que tiene en su obra la arcilla, un barro cocido pero "no cualquier barro" del que ha señalado: "No es mi intención hacer apología de la materia fecal pero la relación con la arcilla parece evidente".

Reconocido con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1986 o el Premio Príncipe de Asturias a las Artes Plásticas en 2003, entre otros galardones, el artista ha dicho que se siente bien con la arcilla ya que "es el material que mejor recoge los defectos y las imperfecciones" y también con las grietas que crea, las cuales, ha dicho, que forman parte de sus obras.

Además, el horno de cerámica le sirve para deshacerse de muchos de sus cuadros, ha comentado Miquel Barceló, quien ha desvelado igualmente que le "encanta" enmohecer o rascar sus cuadros. "Es un placer un poco neurótico", ha sostenido.

Tras asegurar que para él la pintura empieza a surgir cuando puede "asumir que es la suma" de todos "sus defectos y torpezas", ha comentado que le resulta "mucho más fácil escribir" de sus cerámicas que de sus pinturas.

"La cerámica es como el genérico de la pintura", ha indicado, para señalar que "de alguna manera, la cerámica contiene la pintura".

Su intervención ha estado salpicada de anécdotas y confesiones, como ese "pequeño truco o superstición" que tiene de "hacer cada día algo que no hubiera hecho antes". "Es como un pequeño juego privado", ha dicho el artista, quien ha asegurado que sigue esta consigna a diario.

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