Valencia, 19 nov.- El escultor Miquel Navarro se enteró del cierre de la sala permanente que tiene en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) una hora antes de hacerse público y por teléfono, y dice sentirse "humillado" por una decisión que ha puesto ya en manos de sus abogados.
En declaraciones a EFE, Navarro ha dicho que el nuevo director general del museo, José Miguel García Cortés, le llamó por teléfono una hora antes de presentar, ayer, en rueda de prensa la programación de exposiciones del museo para 2015, para decirle que cerraba su sala permanente, inaugurada en septiembre de 2013.
"Me dijo que, como no se hacía la ampliación del IVAM, me quitaba la sala permanente", ha destacado Navarro, quien ha tildado de "poco serio" que esa comunicación se le hiciera por teléfono sin ni siquiera un escrito y ha dicho que sus abogados están analizando la posibilidad de recurrir esa decisión.
Desde el museo han asegurado a EFE que cumplirán "absolutamente" los términos suscritos en el convenio firmado con el artista el 20 de diciembre de 2004, en el que se estipula que las obras fruto de la donación realizada por el artista "estarán expuestas en la sede principal del IVAM de forma permanente, una vez que se realicen las obras de ampliación".
El artista, nacido en Mislata (Valencia) en 1945, ha asegurado que el cierre de la sala dedicada a su obra es "una humillación total" y ha defendido su currículum como uno de los artistas españoles de mayor proyección internacional, así como las donaciones de piezas que ha hecho al museo valenciano.
Asimismo, ha asegurado que sus abogados estudian el contrato suscrito con el IVAM y la decisión adoptada, puesto que la sala lleva abierta más de un año.
La sala permanente dedicada a Miquel Navarro, de casi 70 años, se inauguró en septiembre de 2013 y en ella se exponía una amplia selección de obras fechadas entre 1964 y 2004, procedentes del fondo reunido tras la donación realizada por el artista en 2005 de más 500 obras, entre pinturas, esculturas, dibujos e instalaciones.
La carrera artística de Navarro comenzó como pintor a principios de los años 60, pero fue a partir de la década de los 80 cuando se le reconoció como escultor en importantes foros públicos europeos y americanos.
En 1980 expuso en el Guggenheim de Nueva York y, a principios de esta década, Navarro comenzó su actividad como diseñador de escenografías y como constructor de esculturas monumentales en espacios públicos.
La concesión en 1986 en España del Premio Nacional de Artes Plásticas le ratificó como uno de los máximos exponentes del arte contemporáneo español.
Su obra está presente en museos como el Reina Sofía de Madrid, el Centre George Pompidou de París o el Museo Guggenheim de Bilbao, entre otras importantes colecciones internacionales.
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