Miquel Navarro hace una semblanza de su relación biográfica con la escultura

  • Madrid.- El escultor valenciano Miquel Navarro ha ingresado hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso centrado en el sentido autobiográfico y estético que la ciudad ha tenido en su obra.

Miquel Navarro hace una semblanza de su relación biográfica con la escultura
Miquel Navarro hace una semblanza de su relación biográfica con la escultura

Madrid.- El escultor valenciano Miquel Navarro ha ingresado hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso centrado en el sentido autobiográfico y estético que la ciudad ha tenido en su obra.

Navarro (Mistala, Valencia, 1945), que llega a la Academia para ocupar el vacío dejado en la Sección de Escultura por Juan de Ávalos, tuvo unas palabras de recuerdo hacia su predecesor y afirmó que la escultura es un arte al que ha entregado toda su vida.

En la trayectoria del artista valenciano, la arquitectura es clave y de ella afirmó que "es un gran arte" cuyo sentido utilitario y de servicio no está reñido, o no debería estarlo nunca, con la calidad y belleza de la obra artística.

"Mi obra no es utilitaria en el sentido funcional de la arquitectura, en ese sentido yo voy directamente, como artista, a construir poemas con formas escultóricas", afirmó.

Y añadió que "todo lo que se ve, todo lo que se vive y, muy destacadamente, todo lo que se siente, son la materia prima del lenguaje formal de un artista".

A lo largo de su discurso, Miquel Navarro definió la relación con su obra como "deseo" y señaló: "es como hallar las cosas a través de mi cerebro, de mi corazón y de mi cuerpo. De todo mi cuerpo. Mi expresividad artística es orgánica, sensorial. Es la justificación de la existencia. Laboratorio de pruebas. La suma de experiencias a través de la práctica diaria del trabajo".

La conciencia y configuración de su deseo es evidente con el tema de la ciudad como cuerpo humano, con todas las sumas de sus partes con su sentido vertical y totémico y su sentido horizontal de discurso de penetración. "El concepto es permanente en mí, los estilos o maneras son variados".

Afirmó rotundo que no cree en la ciudad ideal porque la perfección es un mito. "Existe la intención de lograr ese 'sueño de ciudad ideal', pero el concepto contrario también emerge, va paralelo a dicha intención, y evidentemente aparece en esa pugna entre aquello a lo que se aspira y aquello que se logra la propia contradicción de lo humano", sostiene.

Para él no existe tanto el futuro de la ciudad como su presente, donde se aúna el pasado - la historia de la propia ciudad- con ese instante actual, "que alberga el futuro inmediato, pero todavía no el lejano".

En su obra construye, más que una ciudad ideal, "una ciudad metafórica, llena de símbolos y significados que sintetizan la ciudad real, pero que en definitiva no es real, aunque tampoco intento proyectar utopía alguna".

El escultor afirmó que no se imagina una ciudad ideal, "no la veo. Si es ordenada, no dejo de pensar que detrás de un orden hay un desorden y una imposición". Si hay mucho control, "se paraliza la creación. Y al contrario: cuando el desorden se adueña de todo, se produce el caos".

La ciudad es para Miquel Navarro un cuerpo humano en sí misma, "que tiene similitudes con la máquina: sus arterias, sus conductos, sus fluidos, su movimiento, sus colapsos. La ciudad tiene asimismo un elemento de útero protector, como un refugio".

Otro de los temas tratados en su discurso fue la relación con el trabajo, "una constante práctica diaria, mental y física, una búsqueda de la configuración definitiva de dichas obras", pero el trabajo es también "aventura y encuentro con el universo específico de lo real y material. En ese proceso dudas de los resultados, pero no de las motivaciones e intenciones".

Navarro reconoció que su actividad creativa "es obsesiva y, aunque esté rodeado de gente, solitaria". "Soy -dice- un farmacéutico que no salgo del laboratorio. Ni siquiera cuando duermo y tengo pesadillas".

El académico Francisco Calvo Serraller fue el encargado de contestar el discurso de Miquel Navarro, cuya obra es, en su opinión, "un producto 'híbrido'" y en sus ciudades hay resonancias históricas que remiten al universo del antiguo Egipto, al urbanismo utópico del renacimiento y de la ilustración, así como al futurismo, la pintura metafísica, al constructivismo y al surrealismo.

"También las hay, como no podía ser menos, de la vanguardia de la segunda mitad del siglo XX, como el pop-art, pero, unas y otras, se cuecen en una retorta creativa de producción híbrida", añadió.

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