Mitos y verdades sobre Downing Street: así vivirán Boris Johnson y su novia

  • El primer ministro se ha establecido en la famosa residencia de los jefes de Gobierno británicos, la cual esconde muchas leyendas y un gran lujo.
Downing Street
Downing Street
EFE

Boris Johnson ya se ha establecido en Downing Street, la que será su casa hasta que se convoquen nuevas elecciones, lo que se espera para dentro de más de dos años. Pero no lo hará solo, porque el líder 'tory' se muda acompañado de Carrie Symonds, su novia, con la que ha protagonizado ya un escándalo que estuvo a punto de costarle la carrera presidencial hace un mes. La joven de 31 años, a la que conoció cuando era jefa de comunicación del Partido Conservador, se mantiene de momento en un segundo plano, pues no se ha dejado ver juntos aún de manera oficial.

Carrie no va a ejercer de primera dama ni va a tener funcionarios a su servicio, tal y como han aclarado los portavoces del primer ministro, ya que ella tiene su trabajo en Bloomberg como responsable de su programa de protección de los oceános. Pero sí ha querido compartir con Johnson la experiencia en Downing Street, puesto que ya compartían un piso en el barrio de Camberwell, al sur de Londres -al que tuvo que acudir la Policía la noche que tuvieron una fuerte discusión-. Aunque la pareja se ha comprado una mansión por 1,5 millones en la misma zona, la estrenarán una vez que Boris deje la presidencia.

Así, Boris y Carrie vivirán en una de las residencias más famosas del mundo, con permiso de la Casa Blanca y Buckingham Palace, sobre la que se desconocen muchas cosas. Prácticamente todo lo que hay al otro lado de esa emblemática puerta con el número 10 reluciente, lugar en el que los primeros ministros comparten cualquier tipo de novedad, incluso sus dimisiones, como hizo Theresa May hace poco.

Sobre esta residencia existen numerosos mitos y leyendas, ya que no se sabe que hay detrás de la puerta. Una serie de rumores que forman parte de la cultura de Reino Unido, ya que esta residencia existe desde hace más de 300 años y ha acogido a personajes muy importantes en la historia de Reino Unido.

Una casa de más de 3 millones

Para empezar, hay que viajar a 1680. Fue en ese año cuando Sir George Downing, soldado y diplomático que sirvió durante el reinado de Carlos II de Inglaterra y el mandato de Oliver Cromwell, levantó esta céntrica calle después de que unos años antes comprara unas tierras cerca de Sant James Park y a pocos pasos del Parlamento británico. Se cree que había una mansión donde ahora se erige la residencia presidencial, así como un pub llamado 'El Hacha'.

Este hombre ideó una serie de casas elegantes para que fueran habitadas, si bien él nunca residió en ninguna de ellas. De hecho, murió antes de que el proyecto concluyera. Es por ello que hoy en día cuelga un retrato suyo nada más entrar en en el número 10, uno de esos mitos que en este caso es realidad. 

Lo que hoy es el número 10 fueron antes tres casas: una mansión que daba a Sant James, llamda 'la casa de atrás', una modesta casa justo detrás de ésta y una cabaña a su lado. En 1732 el rey Jorge II dio estas tres propiedades a sir Robert Walpole como agradecimiento a los servicios prestados a la nación, y éste a su vez decidió compartirlas con el entonces lord del Tesoro William Kent, creando lo que hoy es el número más famoso del mundo y la sede del Gobierno británico. Cabe destacar que se considera a Walpole el 'primer primer ministro británico' -valga la redundancia-.

Así ha llegado al día de hoy, eso sí, pasando por numerosas reformas al cabo del tiempo para modernizarla y mejorarla. La última tuvo lugar a mediados del siglo pasado, puesto que se había quedado muy anticuada. Incluso se barajó derribarla, algo que se descartó al considerarse un símbolo de la nación. Por lo tanto, se tuvo que hacer una reconstrucción a fondo, pues los cimientos estaban podridos. Una obra cuyo precio fue ascendiendo hasta alcanzar los 3 millones de libras -3,2 millones de euros-, según reveló 'The Times'. Es por ello que una de sus más famosas habitantes, Margaret Thatcher, llegó a decir que Downing Street se había convertido "en una de las más preciadas joyas del patrimonio nacional".

El primer ministro no vive en el número 10

En la actualidad, el número 10 es la sede del Gobierno británico, lugar donde se toman las decisiones de Estado y donde trabajan numerosos funcionarios. Pero no es donde vive el primer ministro. Porque Boris Johnson y Carrie Symonds van a vivir en el número 11, que es la casa que realmente les corresponde, aunque eso es algo relativamente nuevo.

En Downing Street también vive el Ministro de Economía, como ha quedado establecido de forma histórica, el cual residía en el número 11. Pero cuando Tony Blair llegó a Downing Street comprobó que esta residencia era más espaciosa que el apartamento que hay en el 10 para el primer ministro, y le pidió cambiárselo a Gordon Brown, por entonces jefe del Tesoro, para poder albergar a toda su familia. Una decisión que ya ha quedado para el resto de 'premiers'. En lo referente a Boris y Carrie, se espera que amueblen de nuevo esta casa, pero pagando ellos los muebles de su bolsillo, como es habitual. Por ejemplo, David Cameron no dudó en desembolsar 750.000 euros para ponerla a su gusto.

No olvidemos que también está el número 12, que es donde se establece el departamento de prensa del primer ministro. Por lo tanto, tenemos tres casas unidas entre sí por un largo pasillo, que conecta 100 dependencias, entre ellas algunas con su propia leyenda. Por ejemplo, la Sala del Gabinete, una sala que se renovó en 1733 con el objetivo de que fuera el despacho del primer ministro, pero ninguno ha hecho uso de él como tal. Así, cada 'premier' que llega al número 10 elige el que más le gusta.

Por otro lado está la 'gran cocina', un lugar que solo ha visto el personal de Downing Street y que se ubica en los sótanos. Tiene una altura de dos plantas con una gran ventana con arco y techo abovedado. Un mito sobre ella es que tiene una gran mesa de trabajo de 4,3 metros de longitud. Otra gran sala es la de los Pilares, que se usa para las recepciones y que toma su nombre de los dos pilares que tiene en uno de los extremos. Mide 11 metros de longitud por 8,5 de ancho.

Boris
Boris Johnson no vivirá en el número 10, vivirá en el 11 / EFE

Hay muchos mitos que siguen vivos alrededor de Downing Street, que en Reino Unido se usa como sinónimo de Gobierno -al igual que se hace aquí con Moncloa-. Por ejemplo, que el 0 del 10 es en realidad una 'O' mayúscula. Se dice que el Ministerio de Obras, encargado de la mítica puerta, se quedó sin ceros cuando tenía que numerarla, por lo que usaron una 'O'. Es cierto que es un cero muy ancho, pero nadie ha confirmado nunca tal extremo.

Siguiendo con la puerta, algo que es cierto es que no es la puerta original de roble que se puso en 1735. En realidad es una puerta blindada que se cambia cada seis meses. La original se sustituyó en 1991 por una blindada tras un atentado del IRA, el cual dejó un cráter en el jardín. Aunque históricamente esta puerta siempre ha sido negra, durante un tiempo fue verde, de 1908 a 1916, por expreso deseo del primer ministro Herbert Henry Asquith. Pero una de las mayores curiosidades de esta puerta de estilo victoriano es que no tiene cerradura, solo puede abrirse desde dentro y por personal del Downing Street, nunca por otra persona.

Por último, cabe destacar que esta casa de ladrillo negro originalmente no era así, era amarilla. Pero el humo de Londres volvió negros los vistosos ladrillos, por lo que en la década de 1960 se pintaron definitivamente de negro. 

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