¿Cómo hay que vestir para ir a la oficina en verano? Las claves para no fallar

  • Con la llegada del verano, las pautas de vestimenta en las oficinas varían y, en cierta forma, se relajan. Pero hay códigos que es mejor que cumplir.
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El verano ya está aquí. Las temperaturas ya están acorde a la época del año en la que estamos y es momento de hacer el cambio de armario que hemos pospuesto por una primavera excesivamente fría. Este cambio también se da en el trabajo, porque en muchas empresas entra en vigor la jornada de verano y, también, se admite una forma de vestir más relajada o de sport para poder ir a trabajar más cómodos.

Si bien, algo que debería verse como una ventaja, para muchos supone un problema, pues se abre la incógnita de qué es lo que pueden y deben ponerse para ir a trabajar en verano. Es decir, muchos empleados no saben dónde se sitúa la línea roja que no pueden traspasar con la vestimenta veraniega. Y en este sentido, hay una serie de claves comunes que se deben aplicar para no fallar en este 'reto'.

Rebeca Ávila, editora de la web especializada en imagen profesional Working Outfits, reconoce que la suma de verano+oficina "puede ser un quebradero de cabeza". Por ello, señala que es imprescindible guiarse por una serie de premisas para acertar con el vestuario en el trabajo y, a la vez, no pasar calor cuando se sale a la calle.

Mix de formalidad y cierto relajo

Como admite esta experta, es bueno y conveniente relajar un poco los looks de cara al verano, "pero no hay que olvidar que seguimos en la oficina y que en algunas empresas el 'dress code' -código de vestimenta- sigue siendo el mismo todo el año". Por ello, recomienda incluir siempre una prenda formal. Es decir, una blazer y una blusa o un kimono en el caso de las mujeres y americana y camisa en el caso de los hombres. "Ante la duda, siempre formalidad", asevera.

En cuanto al tejido de las prendas, aconseja utilizar aquellos que transpiren bien, "como el algodón o la viscosa, o tejidos de lana fría que permitirán soportar las temperaturas estivales". Además, avisa sobre los tejidos estrella de estas fechas: el lino y el crepé. "Aunque nos los venden como veraniegos, hay que tener en cuenta que se arrugan mucho y pueden dar un aspecto descuidado", alerta Ávila.

En cuanto a los colores, recomienda apostar por blancos, nude y colores pastel. Aunque no descarta los colores vivos y llamativos, "para contrastar así con el invierno". Es tajante sobre los colores oscuros: "atraen los rayos de sol y son excesivamente calurosos". Por ello, es mejor evitarlos para no sudar en exceso. 

Prendas y looks prohibidos

Por otro lado, hay ciertas prendas o formas de vestir que, aunque estemos en verano, están absolutamente descartadas para los looks de verano en la oficina. En este aspecto, Rebeca Ávila destaca que los shorts playeros, las bermudas tipo bañador, los pantalones excesivamente cortos, las camisas desabrochadas, las camisetas de tirantes y las chanclas deberían descartarse de plano. Recordemos, estamos en el trabajo y hay que guardar una cierta formalidad en un terreno en el que la imagen pesa mucho.

En resumen, para la experta en imagen profesional la clave está en jugar con la sencillez y la formalidad dejándose también guiar por las tendencias. Por ejemplo, para ellas cree que la prenda estrella es el vestido veraniego "en todas sus versiones". "De corte más clásico en blanco, algo más suelto con cuello halter, sofisticado con estampado tribal o el típico largo, es muy apto para el trabajo.", señala.

En cuanto a los varones, recomienda apostar por pantalones de corte chino y de colores claros, como beige o crema. Para la parte de arriba, si el ambiente es formal se pueden utilizar tejidos muy frescos como el popelín o el algodón en camisas largas y remangar un poco las mangas. Y, si el código lo admite, se pueden incluir polos o camisetas, pero esto siempre en compañías con códigos menos estrictos.

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