¿Somos adictos a la ropa? La mejora de la economía nos vuelve a hacer consumistas

  • La recuperación económica y las tendencias rápidas de moda impulsadas por la red han dado paso a un mayor gasto en ropa que no para de crecer.
Ropa
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Pixabay

Te has parado alguna vez a pensar en cuánta ropa hay en tu armario y, de la que hay, en cuánta te pones realmente. Seguramente, te sorprenderías de la cantidad que no usas y que probablemente te hayas puesto muy poco. Y así nos sucedería a todos, porque en los últimos años el consumo de moda se ha incrementado notablemente en la mayoría de países desarrollados. A la aparición de las tiendas 'low cost', que nos permiten adquirir prendas de tendencia a mucho menor precio que en las grandes marcas, se han unido las redes sociales, donde los estilismos y la ropa ocupan un lugar preferente, por no decir el principal.

Además, la sociedad consumista en la que nos movemos y el modelo de producción de ropa actual, conocido como 'fast fashion' -colecciones y prendas de vida efímera que se suceden las unas a las otras para que la rueda consumista nunca cese- han potenciado que cada vez compremos más prendas, ya que repetir ropa hoy por hoy, cuando publicamos prácticamente todo lo que hacemos, no es muy popular. Aunque un nuevo movimiento totalmente opuesto a éste va dando sus primeros pasos -el llamado 'slow fashion' o consciente-, todavía no ha echado raíces y los ciudadanos seguimos comprando por impulso más prendas de las que realmente necesitamos.

Y eso es algo que ponen de manifiesto los últimos datos al respecto. Porque hay una serie de indicadores que demuestran que, con la mejora económica, la ropa se ha convertido en uno de los principales destinos de nuestro dinero. Y es que en la era Instagram, la ropa es todo. Y nunca se sabe si tu puedes convertirte en el próximo influencer.

Más gasto pero la industria no lo nota

Uno de los últimos datos que se han publicado sobre el consumo de ropa de los españoles tiene que ver con el llamado cambio de armario, la sustitución de las prendas de verano por las de otoño/invierno, algo en lo que estamos inmersos estos días con la llegada de los primeros días fríos. Pero este cambio de armario no consiste en cambiar la ropa de verano por la que teníamos guardada del otoño anterior. No. Esto significa que 'necesitamos' prendas nuevas para afrontar la temporada.

Y es algo que queda patente en las cifras publicadas por Privalia, el outlet de moda online que reúne un gran número de marcas. Según su estudio, cuatro de cada diez españoles gastará más de 200 euros en renovar su armario para el otoño, mientras que el 24% destinará entre 150 y 200 euros y solo el 14% piensa gastarse menos de 100 euros. Pese a ello, la mitad considera que guarda más ropa de la que compra, siendo la diferencia del 75% -que se conserva- frente al 25% -que se renueva-.

Algo que no tiene que ser contradictorio, pues aunque se guarde la mayoría, sigue entrando ropa nueva en los armarios. De hecho, el 95% afirma que conserva la ropa por apego y nostalgia, no porque la use, lo que demuestra que al final acumulamos de más. 

Pero aquí no queda la cosa. Y la mejora de la economía nos ha animado a consumir más, tanto en ropa como en otra serie de productos y servicios. En el caso concreto de la moda, el pasado año el desembolso medio fue de 608 euros por persona, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), cifra que no se alcanzaba desde 2010, cuando todavía no se había desatado lo peor de la crisis. Esto supone un aumento del 4,5% respecto a 2016 y el tercer año consecutivo de ascensos, consolidándose así esta tendencia.

Así, las familias ya emplean casi el 6% de su presupuesto en ropa y calzado, es decir, una media de 1.514 euros al año. Esto significa que ya destinan más dinero a ropa que a mobilario del hogar (el 4,5% del presupuesto) sanidad (3,6%) o comunicaciones (3,18%). Pero, ¿está notando esta fiebre por la ropa la industria textil? Paradójicamente, no.

El comercio, en caída libre

Por extraño que parezca, el sector textil no pasa por su mejor momento. Porque la recuperación parece no haber llegado a una industria que no termina de arrancar tras ser de las que más sufrió durante la crisis. El año pasado, las ventas repuntaron un tímido 0,4% después de que en 2016 cayeran un 2,2%. Pero todo indica que este año puede ser aún peor.

En los primeros nueve meses, las ventas del comercio textil han bajado un 4%, con descensos tan acusados como el 13% de marzo. Unas cifras que, según la patronal del sector, Acotex, están motivadas por la espiral de descuentos y rebajas constantes -que reduce los márgenes de las empresas- y por la pérdida de sentido de las temporadas tal y como las conocemos, ya que el cambio climático ha prolongando tanto los meses de calor como los de frío.

Pero hay otro ingrediente más. Se trata del comercio online, que está empezando a coger fuerza en España. El pasado año, una cuarta parta de las familias ya realizó alguna compra online, lo que dio como resultado un total de 8.205 millones gastados. Así, el gasto medio de los internautas españoles en 2017 fue de 1.954 euros, según el Observatorio Cetelem sobre eCommerce, un 38% más que el año anterior y una tendencia que está lastrando aún más las ventas del comercio tradicional, ya que cada vez acudimos menos a las tiendas a probarnos y comprarnos ropa.

De este modo, mientras que la locura por la moda crece en España, el sector se retrae en medio de rebajas infinitas y la cada vez mayor dependencia del universo online. Un cóctel para el que el comercio no estaba preparado y al que deberá plantar cara si quiere sobrevivir a la nueva era a golpe de 'clicks' y 'likes' de Instagram. 

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