Farfetch, el portal del lujo convertido en el nuevo objeto de deseo de Wall Street

  • El portal de moda y complementos ha aterrizado en bolsa con una importante subida, lo que demuestra el interés que despierta. 
Compras lujo
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EFE

Hace 10 años, el portugués José Neves dio forma al más ambicioso de sus proyectos en el mundo de la moda. Ese año, nacía Farfetch, un portal venta de artículos de lujo por Internet con el que pretendía crear una boutique de moda online en la que los consumidores pudieran encontrar sus firmas preferidas sin salir de casa. Una idea que a día de hoy está valorado en casi 10.000 millones de dólares (8.500 millones de euros) y que acaba de estrenarse en el mayor mercado financiero del mundo, Wall Street.

Fue el pasado viernes 22 de septiembre cuando Farfetch dio el salto al parqué con un precio de salida de 20 dólares (17 euros), una cifra que en su primer día en Wall Street aumentó hasta los 28,4 dólares (23,7 euros) al acabar la sesión con un fuerte ascenso del 42%. Así, la firma que empezó su andadura en el mercado con un valor de 5.800 millones de dólares (4.200 millones de euros), ya tiene una capitalización cercana a la firma de moda GAP, que es de 10.600 millones de dólares (9.000 millones de euros).

Un estreno soñado para el empresario Neves que significa que los inversores auguran un buen futuro a la compañía. Sobre todo, por dos aspectos. Por un lado, el aumento del comercio online, que el pasado año movió 2,3 trillones de dólares (casi 2 billones de euros) en todo el mundo, según eMarketer; y por el otro, el incremento del mercado global del lujo, que se espera que alcance los 490.000 millones de euros en 2020, según el informe 'The luxury and cosmetics financial factbook 2017' de EY. Por lo tanto, Farfetch sería un negocio con potencial para inyectar capital  a ojos de los inversores, ya que aúna dos campos en crecimiento.

Aunque por el momento, los números no acompañan. Porque la compañía con sede en Londres todavía no es rentable y los números rojos crecen al mismo ritmo que el negocio. En el año 2016 -últimas cuentas disponibles-, Farftech impulsó su facturación un 74%, hasta superar los 150 millones de libras (cerca de 170 millones de euros), pero sus pérdidas aumentaron un 18%, hasta los 34 millones de libra (38 millones de euros). Si bien por el momento no cunde el pánico porque esta situación financiera es consustancial a la mayoría de startups. 

La 'solución online' para las firmas de lujo

El fundador de Farfetch tiene una historia de idilio con el sector de la moda. Porque este negocio no fue el primero que puso en marcha el emprendedor portugués. Neves se estrenó en los noventa con su propia marca de zapatos de diseño, llamada SWEAR, con la que quería dar a conocer la tradición artesana lusa. Más tarde, en 2001, puso en marcha B-Store, que sería el germén de Farfetch, pero con presencia también física. 

Pero fue en una visita a la Semana de la Moda de París cuando el concepto del portal de lujo online tomó forma como un portal que conecta a creadores y consumidores en todo el mundo, creando un ecosistema global. Comenzó a funcionar en 2008, en pleno crash financiero, algo que supuso un esfuerzo extra a la nueva compañía y que le hizo remar a contracorriente. A pesar de ello, consiguió sobrevivir y a día de hoy engloba a 2.900 marcas en su e-commerce y vende en 190 países del mundo. 

Entre sus clientes más renombrados están firmas como Gucci, Balenciaga, Givenchy, Versace, Prada, Saint Laurent, Valentino, Miu Miu, Moschino o Stella McCartney, las cuales han dudado en unirse al portal para penetrar en nuevos mercados y tener un canal de venta nuevo. Porque en el momento en el que Farfetch inició su andadura, pocas firmas de lujo tenían su propio e-commerce (a día de hoy casi todas lo tienen), pues este sector ha sido de los más reticentes a adentrarse en la venta por Internet, de hecho Chanel solo vende perfumes y maquillaje online y está fuera de Farfecth. 

Además, la compañía lusa presenta un modelo de negocio disruptivo en el sector del comercio minorista online. Porque, a diferencia de su gran rival Net-A-Porter, Farfetch no tiene inventario, sino que, cuando recibe un pedido lo envía directamente a la boutique de lujo correspondiente, actuando simplemente de intermediario. De este modo, se evita el riesgo de tener que acumular 'stock' y comprar los productos por anticipado. Una forma de operar que para los analistas y expertos de Wall Street marcará el futuro del resto de e-commerces y que, por el momento, les está conquistando.

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